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“Vete de aquí, que se han muerto tres personas, que te pego una hostia”

Un testigo de la tragedia pone en cuestión la actuación de uno de los vigilantes de Kontrol 34

Jóvenes atrapados en la avalancha mortal, en una imagen remitida por una asistente, Estefanía Sa.Foto: atlas

Uno de los jóvenes que asistió a la fiesta de Halloween celebrada en el pabellón municipal Madrid Arena en 2012 ha señalado que, cuando se produjo la avalancha que costó la vida a cinco jóvenes, se acercó al pasillo en cuestión para ayudar pero le cortó el paso un empleado de Kontrol 34, la empresa a la que presuntamente se encargó el control interno de la seguridad y el aforo. “Vete de aquí, que se han muerto tres personas, que te pego una hostia”, asegura Gonzalo Encinas que le dijo esta persona.

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Encinas ha declarado por videoconferencia esta mañana ante la Audiencia Provincial, que juzga a 15 personas por homicidio por imprudencia. Según su testimonio, bajaba por una escalera cuando vio la aglomeración de personas en el pasillo y se acercó a ayudar. En su opinión, el vigilante que le cortó el paso “estaba muy nervioso y no echaba una mano a las personas que lo necesitaban”.

“Yo hice por ayudar a las personas que estaban pidiendo auxilio porque había muchos gritos, pero a esta persona no le pareció bien que le ayudara y me amenazó con que me podía agredir”, aseguró. El joven ha asegurado que la mayoría de personas atrapadas en la avalancha parecía menores de edad y agregó: “Se les veía la cara”.

"Le temblaban la manos y decía 'dios mío, dios mío"

A continuación ha declarado precisamente una de estas jóvenes atrapadas en la avalancha, Estefanía Sancho, que quedó con medio cuerpo aprisionado bajo la aglomeración de personas caídas: "Pensé que me quedaba sin piernas allí". Cuando estaba en la pista central, y ante "la cantidad de gente que había allí", decidió salir por "el camino que pillaba más a mano" y que resultó ser el pasillo de la avalancha: "Yo estaba al lado derecho y conseguí meter un poco mi cuerpo en un cuarto [lateral]. Tenía el cuerpo metido en ese cuarto pero las piernas metidas en esa gente. No podía moverme". Un amigo tiró de ella "con muchísima fuerza" y logró sacarla.

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 Había "un chico de seguridad" al que "le temblaban las manos y decía 'dios mío, dios mío", ha relatado.  "Cuando me metí en el cuarto no me atreví a asomarme después". Salió descalza del recinto porque su amigo la rescató sacándola de un empellón de sus botas, que quedaron en la montonera.

Otra de las jóvenes heridas, Alejandra Lozano, ha relatado que intentó salir de la pista central porque "era un agobio". "Mi sensación es que todo el mundo quería salir, era incontrolable. No cabía nadie más allí", ha asegurado. En el pasillo, quedó atrapada contra un pared: "La gente estaba totalmente aplastada, no sabíamos por qué no avanzaba eso, había mucha gente apilada, me estaba mareando, hice por intentar respirar y no quedarme aplastada".

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