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“No me pondré chaqué. Puestos a disfrazarme, usaría una chilaba”

Juan Goytisolo abre los actos de la semana del Premio Cervantes "Tengo mucha simpatía por Podemos", afirma el escritor barcelonés

Javier Rodríguez Marcos
El escritor Juan Goytisolo, en la Biblioteca Nacional de España.
El escritor Juan Goytisolo, en la Biblioteca Nacional de España.Luis Sevillano

“No me voy a poner chaqué. Puesto a disfrazarme me pondría una chilaba. Es absurdo pedirle a un viejo de 84 años que se disfrace”. Así zanjó en la mañana de este martes Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) su incomodidad con el protocolo de la próxima entrega del premio Cervantes. El escritor tiene problemas de retina y de oído pero su mente sigue funcionando al margen de muchas convenciones: “Me siendo como un polizón en un transatlántico”, dijo de los actos que culminarán cuando pasado mañana reciba el galardón en Alcalá de Henares de manos del rey Felipe VI. “No voy a valorar el reinado de su antecesor, pero el cambio ha sido positivo”, afirmó con retranca respecto al nuevo monarca.

En un encuentro con la prensa en la Biblioteca Nacional durante el que le acompañó el Secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, el autor de Señas de identidad afirmó que el Cervantes había sino “más una fuente de preocupaciones que de satisfacciones”. Con todo, reconoció que lo mejor del premio, dotado con 125.000 euros, ha sido la alegría de sus amigos y la reivindicación de la tradición crítica de la cultura española a la que pertenecen Américo Castro, Francisco Márquez Villanueva, Larra, Clarín, José María Blanco White o los presidentes de la Primera y la Segunda Repúblicas Pi i Margall –“por su federalismo”- y Manuel Azaña. “Me siento sucesor de esta tradición. Yo no soy un heterodoxo sino alguien que trata, como ellos, de ampliar el canon”, dijo Goytisolo, al que Lassalle se había referido como “nuestro Blanco White del siglo XXI”.

"¿El IVA cultural? ¿Qué es eso?"

Goytisolo trató de sacarse de encima los kilos de heterodoxia –con algunos gramos de virtudes sufíes- que se le venían encima matizando el papel de los intelectuales: “En una dictadura, en una sociedad cerrada el que abre una brecha se convierte en portavoz de algo. En una democracia es excesivo atribuirse ese papel”. Preguntado por la participación de filósofos y poetas en las listas electorales, tiró de ironía: “A veces es bueno para la literatura que se dediquen a la política”. ¿Y para la política? “Ya he dicho lo que pensaba”. También dijo lo que piensa del auge de partidos como Podemos y Ciudadanos: “Reflejan el hartazgo de la ciudadanía. Es importante que la indignación se canalice. Siento mucha simpatía por Podemos. No tienen experiencia y cometerán errores, como todos. También celebro la aparición de una derecha civilizada como Ciudadanos, una derecha liberal que se despegue del núcleo duro del PP, tan reaccionario y tan pegado al canon nacional-católico”.

"Los musulmanes están entrando en una Guerra de los Treinta Años

El escritor barcelonés afincado en Marraquech fue lacónico respecto al contenido de su discurso del jueves. Apenas dijo que será breve –“trataré de decir muchas cosas en pocas palabras”- y que hablará de literatura, de Cervantes y de la situación en España y el mundo. De todo ello, no obstante, habló esta mañana durante una charla en la que calificó de “vergüenza” la falta de una política común europea para poner remedio al éxodo de inmigrantes africanos hacia Italia, criticó los nacionalismos y lamentó la entrada del mundo árabe en un periodo sangriento comparable con las guerras de religión que sacudieron Europa en los siglos XVI y XVII: “En España la Inquisición frenó lo que llamaban el contagio luterano, pero en Francia se masacró a 2.500 personas la Noche de San Bartolomé. Los musulmanes están entrando en su Guerra de los Treinta Años. Cuando cayó Mubarak fui a Egipto y hablé con miembros del Movimiento 25 de enero. Les dije que una cosa era la libertad que habían conseguido y otra la democracia, que es un camino mucho más largo y lleno de escollos. En España, entre la primera Constitución democrática, la de 1812, y la de 1978 hubo, como mínimo, monarquía absoluta, tres dictaduras, dos repúblicas y tres guerras civiles”. El autor de Juan sin Tierra se marchó de España en 1956 pero sigue de cerca la llamada actualidad española. Eso sí, dentro de un límite. Cuando alguien le pidió su opinión sobre el 21% del IVA cultural preguntó: “¿Qué es eso?” Y añadió: “Hablo de lo poco que sé, no de lo mucho que no sé”.

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

El acto de la Biblioteca Nacional fue el primero de una jornada que siguió con la entrega por parte de Juan Goytisolo de dos inéditos a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes: un poemario titulado Devocionario –“con dos citas de san Juan de la Cruz”- y “un texto sin título que mezcla memoria, autoficción e inventario”. La caja se abrirá en 2031, fecha de su centenario. La Casa del Lector acogerá en la tarde de este martes, a las 19 h., un encuentro del novelista con sus lectores. Puede que entre ellos, como él prefiere, haya un puñado de relectores. El jueves recibirá en Alcalá el premio más importante de las letras en español. Se vestirá, ha dicho, correctamente, pero "normal". Desde hace 40 años usa la misma corbata. Cuando la usa.

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Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

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