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Málaga y Granada empatan en un derbi de locos

Los locales, en inferioridad numérica, se dejan empatar un 2-0 a favor en los últimos cinco minutos ante un rival revitalizado por sus cambios

Rafael Pineda
Lombán presiona a Amrabat.
Lombán presiona a Amrabat.Jorge Zapata (EFE)

Caprichoso por naturaleza, el fútbol deparó un loco derbi regional en La Rosaleda. Fue mejor el Málaga, sobre todo en un segundo tiempo que jugó en inferioridad por la injusta expulsión de Tissone. Los de Javi Gracia ganaban 2-0 y volaban con uno menos, hasta que le perdonaron la vida al Granada. Sandoval movió el banquillo y El Arabi y Rochina obraron un empate impensable en dos espléndidos remates de cabeza en los últimos cinco minutos. Gracia no se lo creía, como tampoco los aficionados malaguistas. Un castigo duro para el Málaga, que no pasa por su mejor momento. Un alivio para un Granada que hizo un partido catastrófico durante 85 minutos, hasta que El Arabi le insufló vida. En un aluvión de idas y venidas, el tramo final del partido fue un auténtico carrusel de ocasiones por parte de los dos equipos. El empate premia, no obstante, al Granada. Deja muy tocado a este Málaga que no reacciona, a pesar de jugar un gran segundo tiempo, con el joven Fornals a buen nivel. Su desconexión de cinco minutos resultó letal, como efectivos fueron los cambios de Sandoval. Tras un encuentro pésimo, Foulquier, Rochina y El Arabi le cambiaron la cara al Granada.

MÁLAGA, 2-GRANADA, 2

Málaga: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton, Torres; Duda (Fornals, m. 54), Recio, Tissone, Juankar; Charles (Santa Cruz, m. 84) y Amrabat (Juanpi, m. 73). No utilizados: Ochoa; Boka, Albentosa y Ontiveros.

Granada: Andrés Fernández; Miguel Lopes (Foulquier, m. 67), Lombán, Babín, Biraghi; Uche (Rochina, m. 53), Rico, Márquez; Rober (El Arabi, m. 69), Peñaranda y Succes. No utilizados: No utilizados: Kelava; Doria, Salva Ruiz y Nico López.

Goles: 1-0. M. 45. Charles. 2-0. M. 57. Fornals. 2-1. M. 84. El Arabi. 2-2. M. 86. Rochina.

Árbitro: Estrada Fernández. Expulsó a Tissone (m. 53). Amonestó a Lombán, Rosales, Lopes, Rober, Torres, Foulquier y Rochina.

La Rosaleda. Unos 19.000 espectadores.

Está el ambiente triste en Málaga. El proyecto del jeque hace tiempo que naufragó y el equipo refleja en el terreno de juego el desorden que se vive en el mando del club. Javi Gracia hace lo que puede con una plantilla limitada, a la que le cuesta un mundo hacer un gol, presa de sus carencias. El Málaga, no obstante, tiene un grupo de jugadores de una enorme profesionalidad, como el caso de Recio, que fue a presionar un balón que Rober sacaba del área del área del Granada en la última jugada de la primera mitad. Ganó el balón Recio para pasarlo a Miguel Torres. El centro del lateral encontró un remate perfecto de Charles, con lo que el Málaga se iba al descanso con un gol que valía su peso en oro. Fue la única jugada potable de un primer tiempo lamentable, donde llamó la atención la falta de empaque del Granada, que se limitó a verlas venir, en espera de alguna acción de Success, demasiado rendido a una individualidad de Peñaranda, que dio dos buenos regates en los primeros 10 minutos para luego perderse.

Ante la falta de acierto del Málaga y el poco interés del Granada, el partido resultó complicado de digerir. Si alguien se la jugó fue el Málaga, que, al menos, lo intentaba. Con el Granada defendiendo con cierto orden, el Málaga acusaba una barbaridad su falta de gol, como se ha demostrado a lo largo de una temporada en la que no había marcado en 10 de 12 jornadas. Hasta que Rober cometió un error infantil en la salida del balón y Charles espantó, con un fantástico remate de cabeza, muchos de sus fantasmas.

El Málaga se quedó con 10 a los ocho minutos de la segunda parte. Una segunda amarilla a Tissone que solo el árbitro vio y que, sin embargo, obró un efecto perverso en el Granada. El Málaga se vino arriba, anotó un gran segundo gol protagonizado por el joven Fornals y se dirigía a un final plácido y feliz. Entonces llegaron cinco minutos de tremendo castigo para el Málaga y de felicidad para el Granada. Dos golazos espléndidos que marchitaron el espíritu de un equipo tocado, muy tocado. Un resultado de los que duelen, por las formas, y que provocan un quebradero de cabeza. Malos tiempos para el Málaga.

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