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Las lagunas de la liberalización

La liberalización del sector de las telecomunicaciones en la UE se inició en 1990, aunque no fue hasta 1997 cuando se dio el verdadero impulso a la apertura del mercado. La batería reglamentaria presentada ayer por la Comisión llega justo cuando las grandes compañías intentan sortear el impacto de la crisis económica y la fuerte caída de sus valores en Bolsa tras la explosión de la burbuja tecnológica, sin olvidar el fiasco de la telefonía de tercera generación (UMTS).

A pesar de todos estos varapalos, el sector sigue gozando de "buena salud". El valor de los 15 mercados nacionales ascendió hasta 236.000 millones de euros en 2002, lo que representa un incremento del 4,9% frente a 2001. El crecimiento acumulado del sector desde la segunda fase del proceso de liberalización hace seis años ha sido del 24%.

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El mercado de la telefonía móvil cuenta con 284 millones de abonados, lo que equivale a una tasa de penetración del 75%. El año de la liberalización, la tasa de penetración era apenas del 18%. En algunos países se ha alcanzado ya el nivel "saturación" (85%).

En el ámbito de la telefonía fija, los antiguos monopolios siguen teniendo una posición dominante, sobre todo en llamadas locales. También en el mercado de las comunicaciones interurbanas e internacionales, aunque en un grado menor.

Por lo general, el coste de las llamadas se ha reducido un 20% tras la liberalización en los dos sectores. En paralelo se ha incrementado el precio de abono un 5,4%. La entrada de nuevos competidores en el mercado ha obligado en algunos países a los operadores históricos a reducir sus tarifas hasta un 56%, es el caso de Reino Unido, y un 65% en Austria en las llamadas internacionales.

Otro sector donde los nuevos operadores siguen teniendo grandes dificultades para obtener líneas en condiciones "no discriminatorias" es en el de los servicios de Internet a alta velocidad (DSL), donde el dominio de los antiguos monopolios es absoluto. Lo mismo sucede con la banda ancha (ADSL).

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