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DIARIO DE UN INTERNAUTA

Vuelta a casa con los equipos a cuestas

A pesar de que las actividades acabaron a última hora del sábado, la mayoría de campuseros no abandonó el recinto hasta ayer a mediodía. Y es normal, porque la procesión de equipos, tiendas de campaña y mochilas requiere cierto esfuerzo físico y algún descanso, y los participantes en la Campus Party están exhaustos por la falta de sueño. En cualquier caso, y dado que se ha visto una semana completa de videojuegos, descargas, talleres, fotografías y gritos, el agotamiento es patente. Muchos volverán el año que viene, unos por los amigos que han conseguido, otros por haber conseguido sus descargas, y otros, cada vez más, por haber tomado parte en alguno de los talleres que la organización ha tratado de impulsar, con diferente éxito.

Los contactos que se han realizado en Valencia suelen ser de largo recorrido: aunque es posible que no se vean en persona en todo el año, muchos de los que se han conocido intercambiarán frecuentemente conocimientos acerca de las áreas que más les han llamado la atención. Parece que la campus está ayudando a tejer las redes virtuales del país, aunque haya quien prefiera pensar que es un evento en el que más de 5.000 personas se dedican a copiar porno.

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