El viento estropea la falla más cara de la historia
El viento estropeó ayer la falla más cara de la historia, la de Nou Campanar, que este año ha elevado su presupuesto a los 900.000 euros, es decir, 150 millones de las antiguas pesetas. Un accidente que seguramente ha truncado el anhelo de la falla de mayor tronío de Valencia de alzarse por sexto año consecutivo (todos desde que estrenó ubicación) con el primer premio en la categoría especial.
No fue la única desgracia provocada ayer por las ráfagas de viento: en el monumento fallero municipal, situado en la plaza del Ayuntamiento, fuera de concurso, la figura de Aladino que formaba parte del remate cedió y a última hora de ayer se trabajaba a toda prisa para intentar recomponerla.
El viento, el mayor enemigo de las fallas, arreció un año más el día de la plantà. Poco antes de las seis de la tarde, a punto de concluir las tareas más complicadas de la instalación de la falla de Nou Campar, titulada Quant de conte, y con el monumento fallero de 28 metros de altura casi rematado, una ráfaga de aire arrancó de su emplazamiento una de las figuras situadas a mayor altura, un ángel de túnica rosa y trompeta en mano que en su caída trituró otro gigante de túnica azul y corazón de corcho blanco. "Se ha caído de golpe y ha hecho mucho ruido; pero por suerte no ha hecho daño a nadie", relató el dependiente de uno de los puestos del mercadillo de la falla.
La mutilación de la falla de Nou Campanar afectó a todo un lateral del monumento, que perdió así su simetría. Uno de los visitantes que ayer paseaba entre puestos de churros y mercadillos, y que quizá era de un casal rival, explicó que por mucho que intentaran reparar la zona mutilada, la falla estaba descompensada: "Se nota que ahí falta algo, no tiene equilibrio".
Y mientras se duplicaba el número de operarios del artista Pedro Santaeulalia para retirar los despojos de poliestireno, algunos voluntarios de la falla, con cara de circunstancias, intentaban quitarle hierro al accidente. "Da igual, es lo que sobraba, quedaba feo", explicó uno de ellos a un curioso. Y preguntado de dónde había caído un trozo enorme del que solo se reconocía la forma de una trompeta, otro fallero contestó: "Ni te has dado cuenta, ¿verdad? Es que está igual, si te llevas dos remates ni te enteras". Después del suceso, ningún responsable de la falla quería hablar, pero las caras de los presentes no eran muy halagüeñas.
Por otra parte, la falla Eureka, del artista Joan S. Blanch para la comisión de Exposición-Micer Mascó, obtuvo anoche el primer premio de la sección especial de fallas infantiles. Nou Campanar quedó en segundo lugar. Además, una figura de Concha Piquer de la falla Convento Jerusalén resultó el ninot indultat de este año.
