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Ballmer recoge el balón de Sterling

El ex consejero delegado de Microsoft compra los Clippers tras el escándalo racista

Steve Ballmer, de blanco, saluda a la exestrella de la NBA Bill Russell durante un partido de la liga estudiantil en 2005.
Steve Ballmer, de blanco, saluda a la exestrella de la NBA Bill Russell durante un partido de la liga estudiantil en 2005.Elaine Thompson (AP)

No parece un mal negocio comprar un club por 12 millones de dólares (casi 9 millones de euros) y venderlo por 2.000 millones de dólares (1.496 millones de euros) 33 años después. De hecho, marca un hito. Es el precio más alto pagado nunca por una franquicia de la NBA, aunque Donald Sterling, su propietario durante las últimas tres décadas, no quería deshacerse de su capricho, Los Ángeles Clippers, el segundo equipo de baloncesto de la ciudad y alternativa a los Lakers. Sus comentarios de tinte racista grabados en una conversación telefónica que mantuvo con su novia -la mexicana V. Stiviano- y que condenó incluso el presidente Obama, le apartaron de las altas esferas de la competición para siempre tras la decisión histórica de la NBA de expulsarle y multarle con 1,8 millones de euros. Steve Ballmer (Detroit, 1953), consejero delegado de Microsoft hasta febrero, se ha hecho ahora con el equipo.

"La franquicia Clippers es un bien público, y mi meta es que los Clippers lleguen a desempeñar un papel creciente en la vida de nuestra comunidad", dijo Ballmer en una carta abierta a los aficionados."Prometo esto: voy a ser duro en mi compromiso para dar al equipo el apoyo que necesita para ser lo mejor dentro y fuera de la cancha", añadió.

El último discurso de Ballmer en Microsoft. / Youtube

Los rumores de compra que el martes se convirtieron en realidad se desataron cuando Ballmer asistió a un partido el 29 de abril entre los Clippers y los Golden State Warriors. Lógico si se tiene en cuenta que ve alrededor de 100 partidos al año, pero casi siempre de ligas estudiantiles. A finales de mayo, saltó la noticia de que la esposa de Sterling había llegado a un principio de acuerdo con el exjefe de Microsoft para la compra del equipo. "Odio perder el equipo, pero lo tendrá una persona maravillosa", aseguró Shelly Sterling en una rueda de prensa en la que confesó que todavía no había hablado de la transacción final con su marido, puesto que ella también tiene plenos poderes para llevarla a cabo.

Ballmer, de 58 años, siempre ha sido más de convicciones que de formas. Es una fuerza motriz más que un visionario. Nunca tuvo complejos, si hacía falta sudaba la camiseta, literal. Tenía la habilidad de camuflarse como si fuese un mando intermedio de cualquier empresa a la perfección: pantalones chinos, zapato de punta redonda y polo amplio incapaz de disimular los kilos de más. Ballmer, diligente y en ocasiones demasiado nervioso, siempre buscó contagiar su entusiasmo, se le recuerda por sus saltos, gritos, explosiones de júbilo en presentaciones.

Tuit de Los Ángeles Clippers
Tuit de Los Ángeles ClippersTwitter

Padre de tres hijos, sus vástagos sólo pueden tener una consola en el salón, la Xbox, la de su empresa. En Madrid regaló una cuando estrenó Kinect, el sensor de movimiento para videojuegos. Aunque su actuación más mítica, rozando el ridículo, fue durante la conferencia de desarrolladores de 2006 de su firma, cuando casi se le escapan las lágrimas sobre el escenario. La broma más comentada en Internet tras la noticia de la compra es precisamente esa, imaginarse los shows que regalará cuando anime a su nuevo equipo.

Ballmer representaba a la perfección el papel del típico padre de familia americano, el tipo que hace una barbacoa en el jardín y come perritos calientes durante los partidos. Con un perfil comercial más que técnico, ocupa el puesto número 31 en la lista de millonarios de Forbes, con una fortuna estimada en 21.400 millones de dólares (algo más de 16.000 millones de euros). Pero sus millones no frenan las críticas. Se le achaca una cierta indecisión a la hora de mover el timón. De él se esperaba que diese el paso del hardware al software en Microsoft. La nube se le ha resistido. Su última operación importante fue la adquisición de Nokia, un fabricante de objetos físicos, cuyo sucesor, Satya Nadella no tiene muy claro en qué emplear.

El precio del equipo, 1.500 millones, marca un nuevo récord en la NBA

Su nuevo papel como propietario de los Clippers lo anunció el equipo con un hashtag en su cuenta de Twitter #ItsaNewDay, Es un nuevo día. El lunes que viene tendrá su primer acto. Una comida con los jugadores, después reunión con los empleados y, por último, un encuentro con la afición para explicar planes y resolver dudas con respecto a su proyecto.

Parece que la unión entre tecnología y baloncesto ha ganado un nuevo adepto. Paul Allen, cofundador de Microsoft, es dueño de los Portland Trail Blazers. Aunque lo de este millonario va más allá, el equipo de fútbol americano Seattle Seahawks también es suyo. El catálogo lo completa con los Sounders, un equipo de fútbol también de Seattle, donde está la sede de la empresa que creó junto a Bill Gates.

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