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Se acepta móvil como complemento

El nuevo reloj de Samsung, Gear Fit, demuestra que la frontera entre moda y tecnología cada vez es más estrecha

Carlos Primo
JK Shin, presidente de Samsung, con el nuevo Gear Fit
JK Shin, presidente de Samsung, con el nuevo Gear Fit

¿Dónde está el límite entre una marca de tecnología y una marca de moda? Hace unos años, era impensable entrar a una tienda de moda a comprar algo que llevara batería o pantalla. Hoy, los wearables han roto esa barrera, y se han convertido en un modo inmejorable para que las empresas de tecnología entren en el mercado del estilo. Samsung lleva años demostrando su interés indisimulado por la moda. La semana pasada, presentaba al público una colaboración con la marca de joyería y complementos Tous, que se ha encargado del diseño de una edición especial de Samsung Gear Fit, el reloj estrella de la empresa surcorena.

Desde luego, no es una elección cualquiera. Gear Fit es un producto diseñado para llevar un registro diario del ejercicio físico que incorpora un pulsómetro y programas de entrenamiento personalizables. Y es que, de forma inesperada, el fitness, el ejercicio físico y la salud se han convertido en aspectos clave para integrar la innovación tecnológica en una industria, la de la moda, que últimamente vive inmersa en un auge inédito del deporte tanto en marcas especializadas como en los grandes nombres del lujo.

Samsung patrocina la pasarela joven de la Mercedes Benz Madrid Fashion Week y respalda también el certamen Samsung Ego Innovation Project

Tampoco es el primer contacto de Samsung con la moda española, que a principios de septiembre renovaba patrocinio al frente de la pasarela joven de la Mercedes Benz Madrid Fashion Week y que respalda también el certamen Samsung Ego Innovation Project, destinado a establecer vínculos entre moda y tecnología. Hasta ahora, Leandro Cano y Pepa Salazar se han alzado con el premio que, lejos de plantear soluciones hipotéticas, recuerda que la tecnología digital puede cristalizar en productos muy tangibles. No es casualidad que fuera precisamente Samsung la compañía elegida el año pasado por Alexander Wang (hoy director creativo de Balenciaga y autor de una colección cápsula para H&M que acaba de presentarse) para poner en práctica procesos colaborativos via smarphone y diseñar un bolso de piel generado mediante técnicas de código abierto.

El software creativo y los wearables innovadores son, sin duda, un punto esencial de esta alianza entre moda y microchips, algo que también sucede con el diseño de los smartphones, cada vez más afianzados como complemento y cada vez más preocupados por el diseño. El acabado mate del diseño metálico del nuevo Galaxy Alpha es un buen ejemplo de esta voluntad estética que afecta al interior del terminal, ensamblado con precisión de relojero, y también a detalles como el corte con diamante de su marco o las posibilidades gráficas de su pantalla HD Super Amoled de 4.7 pulgadas. Aunque siempre existió la idea de que la tecnología tenía que parecer sofisticada, la última generación de smartphones defiende que también tiene que ser impecable estéticamente y que un móvil puede ser un accesorio tan significativo como cualquier otro. Y mucho más útil.

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Sobre la firma

Carlos Primo
Redactor de ICON y ICON Design, donde coordina la redacción de moda, belleza y diseño. Escribe sobre cultura y estilo en EL PAÍS. Es Licenciado y Doctor en Periodismo por la UCM

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