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El departamento de Estado quiere evitar la filtración de los cables de Wikileaks

La preocupación de la Administración es que esa información clasificada revele opiniones de los embajadores sobre mandatarios internacionales, lo que podría crear verdaderos conflictos diplomáticos.

En este momento, en algún lugar de la gran red de Internet, hay 26.000 cables clasificados, enviados por embajadas norteamericanas de todo el mundo de forma cifrada a Washington, que no deberían haberse revelado nunca. Bradley Manning, detenido por el Ejército en Irak el pasado 26 de mayo, los envió hace meses a la página web Wikileaks, según una investigación del Pentágono. Ahora ha sido detenido por el ejército norteamericano, que busca la forma de evitar que vean la luz.

El soldado Manning fue detenido gracias a la delación de Adrian Lamo, un reputado hacker con el que contactó a través de correo electrónico pensando que le guardaría el secreto. A él le dijo: "Hillary Clinton y varios miles de diplomáticos de todo el mundo van a sufrir un ataque al corazón cuando se levanten una mañana y encuentren todo un repositorio de información clasificada sobre política internacional hecho público".

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Esos cables diplomáticos estaban alojados en una inmensa base de datos que el Departamento de Estado comparte con el de Defensa y a la que Manning, por ser analista de espionaje, tenía acceso en Irak. Entre ellos hay despachos de los embajadores a Washington, analizando asuntos de tanta importancia como las guerras de Irak o Afganistán.

La preocupación ahora en el Departamento de Estado es que esos mensajes privados revelen opiniones personales de los embajadores sobre mandatarios internacionales, algo que podría resultar embarazoso para Washington. Esos cables pueden crear verdaderos conflictos diplomáticos.

El pasado mes de noviembre, por ejemplo, se filtraron dos cables que el embajador de EE UU en Afganistán, Karl Eikenberry, envió a Washington en el que recomendaba a la Casa Blanca congelar el envío de tropas al país asiático dada la fragilidad del Gobierno de Hamid Karzai. Aquello provocó una airada protesta por parte de Kabul, que le preguntó directamente a Eikenberry por el contenido de aquellas misivas en un periodo de tensión con la Administración de Barack Obama.

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La Secretaria de Estado Hillary Clinton fue notificada de la filtración el pasado 27 de mayo. Según un oficial del Departamento de Estado, dio la orden de "llegar al fondo de la cuestión". "Son documentos clasificados. Nos los tomamos muy, muy en serio. Esto es un asunto gravísimo, que puede comprometer nuestras misiones y nuestros métodos diplomáticos. La investigación la ha asumido Defensa, pero nosotros vamos a prestar toda nuestra colaboración", dijo ese oficial.

Manning sigue detenido, en Kuwait, y la División de Investigaciones Criminales del Ejército ha asumido la investigación. De momento, Wikileaks no ha publicado esos cables. En un mensaje de Twitter, los gestores de la red aseguran no haberlos recibido. La página garantiza al máximo el anonimato de sus fuentes para facilitar la difusión de documentos clasificados que expongan casos de corrupción e injusticia en gobiernos de todo el mundo.

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