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Reportaje:

Móviles para todos

Operadoras y fabricantes se unen para llevar la telefonía inalámbirca a países en desarrollo rebajando los costes de producción

La telefonía móvil tiene en la actualidad unos 2.000 millones de usuarios, principalmente en países desarrollados, por lo que las operadoras creen que los próximos 1.000 millones de clientes podrían venir de los países pobres. El problema es que, según el Banco Mundial, aunque el 77% de la población vive en zonas con cobertura, sólo el 25% utiliza estos servicios. Eso es lo que ha llevado a varios fabricantes a diseñar dispositivos baratos, en los que el coste de producción queda por debajo de los 30 dólares.

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Muchos son los motivos que operadoras, fabricantes y organismos internacionales esgrimen para defender que se facilite a la población de países pobres el acceso a las redes de telefonía móvil. Antonio Torres, director de la división de desarrollo de negocio en Nokia, afirma que "un incremento del 10% en la penetración de la telefonía móvil supone un crecimiento del 0,6% del Producto Interior Bruto".

Los precios parecen el principal obstáculo para lograr extender el uso de móviles, por lo que las empresas del sector se han puesto manos a la obra para conseguir rebajarlos y hacer así accesibles estos servicios a personas con bajos ingresos.

La alemana Phillips asegura que existen en el mundo 3.300 millones de personas que son clientes potenciales de la telefonía móvil pero que no acceden a esta tecnología por el elevado precio de los aparatos. "Si tenemos éxito, podríamos captar entre 100 y 150 millones de nuevos clientes anuales en los próximos 5 o diez años", asegura Ben Soppitt, director de iniciativas estratégicas de la Asociación GSM (GSMA, en sus siglas en inglés), que reúne a las empresas que trabajan con esta tecnología.

Muchas de las compañías presentes en este organismo acudieron a Ámsterdam en los últimos días de junio para participar en la Conferencia sobre Dispositivos de Bajo Coste, promovida por el grupo británico de investigación Informa. Fue allí donde el grupo estadounidense Motorola presentó un móvil cuyo coste de producción no supera los 40 dólares, respondiendo al desafío lanzado por la GSMA a principios de 2005.

El grupo sectorial propuso entonces la producción de dispositivos de bajo coste y el aparato de Motorola ha sido el primero que se sitúa por debajo de los precios actuales. El teléfono no cumple el objetivo final de los 30 dólares, pero es un primer paso. según Sopplit en 2006 se empezará a vender modelos cuyo coste se sitúa por debajo de los 25 dólares.

Segunda fase

Por eso, la AGSM anunciaba la semana pasada una segunda fase del proyecto, que implica la selección de un grupo de fabricantes que se comprometan a producir los dispositivos de bajo coste. La lista de elegidos se presentará en el congreso mundial 3GSM , previsto para finales de septiembre en Singapur. Los teléfonos móviles deberían estar listos para 2006. Compañías como Infineon, Phillips o Nokia se han apuntado al desafío y algunos han presentado sus propuestas en los últimos días.

Las operadoras de los países a los que se dirige la iniciativa también juegan un papel importante, y algunas de ellas han declarado su disposición a suscribir algún tipo de acuerdo para favorecer la extensión de la telefonía móvil. Se trata de seis compañías de telecomunicaciones indias, tres de Bangladesh y dos de Pakistán, aunque el programa de la AGSM también espera conseguir alianzas en Tailandia, Nigeria, Filipinas, Argelia Sudáfrica, Ruanda, Uganda o Camerún.

Distribución e impuestos, principales obstáculos

Las compañías afirman, en todo caso, que uno de los mayores obstáculos para la difusión de esta tecnología se encuentra en los propios Gobiernos de los países en vías de desarrollo, que fijan impuestos excesivos sobre los dispositivos.

Soppitt explica por ejemplo el caso de Bangladesh, donde el Estado ha fijado una tasa de 20 dólares sobre las pequeñas tarjetas que, instaladas en el interior del aparato, permiten que éste funcione, pues contienen entre otros datos el número de teléfono. "En algunos países un consumidor puede llegar a pagar entre 50 y 55 dólares mientras que en otros el precio llega a los 100 o 120 dólares", cuando el coste de producción no llega a los 40 dólares.

Los problemas de distribución, perjudicada en algunos países por las deficientes infraestructuras y la falta de seguridad, también es un factor que eleva el precio de los dispositivos.

Aparatos simples pero funcionales

Los fabricantes han presentado hasta el momento lo que llaman plataformas para teléfonos móviles, la base tecnológica que permitirá rebajar significativamente su coste.

El fabricante alemán Infineon, por ejemplo, apuesta por un paquete formado por unos 100 componentes electrónicos que una vez ensamblados tienen un tamaño de 3x3 centímetros, una tercera parte del área de los diseños actuales, lo que permite incluir en el teléfono varias baterías recargables, por ejemplo. Los aparatos que usen esta tecnología estarán equipados además con el hardware y el software necesario para poder operar en los diferentes tipos de redes GSM, es decir, serán modelos duales.

Además de las llamadas, los teléfonos baratos fabricados con la tecnología de Infineon, como los presentados por Phillips o Motorola, permitirán el acceso a servicios tan comunes y populares en el mundo desarrollado como los mensajes cortos de texto (SMS, en sus siglas en ingles. El fabricante alemán anuncia incluso que sus dispositivos serán capaces de reproducir sintonías polifónicas.

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