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Reportaje:

Cómo Internet transformó el comercio

Los pioneros de la red no pretendían ganar dinero con su lanzamiento, hace 15 años

Los pioneros de la red no pretendían ganar dinero con su lanzamiento, hace 15 años. Pero poco después, las calles de Palo Alto en California, hogar de la Universidad de Stanford, vibraban con expertos de capital de riesgo y empresarios punto.com. El alquiler de las oficinas en Sand Hill Road, zona en la que se concentran las empresas de capital de riesgo, sobrepasó el de propiedades en Londres y Nueva York.

Mientras tanto, la lista de espera para la adquisición de automóviles BMW era de cinco años, mientras más y más restaurantes elegantes estaban abriendo en SoMa, el nuevo distrito de moda. También surgió un grupo extraordinario de empresarios que convenció a los inversionistas estadounidenses que el bote de oro de internet estaba justo a la vuelta de la esquina.

La primera compañía de internet que captó la atención en la bolsa de valores fue Netscape. Dirigida por Jim Clark y Marc Andreessen desarrolló el buscador Mosaico. Cuando sus acciones salieron a la venta el 9 de agosto de 1995, triplicaron su valor el primer día en el que se negociaron.

Tiempos de boom

Al poco tiempo, Netscape fue víctima de su rival: el buscador de internet Explorer de Microsoft aunque otras compañías, a su vez, lograron captar la atención de los inversores. Portales como Yahoo, Lycos y AltaVista pasaron a ser la próxima gran aventura. Más tarde, aparecieron compañías como MCI y WorldCom, que se convirtieron en la columna de internet.

La compañía que cambió la marcha para internet, Cisco Systems, sobrepasó brevemente a Microsoft para convertirse en la más grande del mundo gracias a su capitalización en el mercado, que alcanzó los 400.000 millones de dólares en marzo de 2000. (Actualmente está valorada en 100.000 dólares millones aproximadamente). Estando en su cima, semanalmente 1.000 millones de dólares fluían por Silicon Valley y las firmas de capital de riesgo buscaban desesperadamente inversiones punto.com con planes comerciales viables.

Los vendedores encontraban fondos para lanzar sitios en internet y vender de todo, desde juguetes (eToys) hasta alimento para animales (pets.com) pasando por consultas médicas (webMD.com).

La culminación del boom de las punto.com ocurrió en enero de 2000 cuando AOL, el mayor proveedor de servicios de internet de EE.UU, la compró Time Warner, la empresa mediática más grande, por más de 200.000 millones de dólares.

Entre 1995 y 2000 el principal índice tecnológico estadounidense, el Nasdaq, se quintuplicó. Y el boom cruzó el Atlántico, con la compañía británica Lastminute.com, creada por Brent Hoberman y Marta Lane, flotando en el mercado de valores de Londres. La compañía de ropa, Boo.com, también ganó millones antes de haber vendido su primer vestido.

El crash y sus efectos

La rapidez del boom -que pronto condujo a excesos entre asesores y entre quienes promocionaban las acciones de internet- hizo inevitable algunas correcciones.

Fue así como en la primavera del 2000 el precio en el mercado bursátil de varias firmas de internet -y de otras compañías tecnológicas- se desplomó.

Muchas compañías con bajo flujo de caja quebraron o tuvieron que fusionarse. Las empresas fuertes que sobrevivieron consolidaron su posición. Amazon, Yahoo, eBay y Google emergieron como los jugadores dominantes en sus áreas.

Pronto fue evidente que, en vez de generar un menor grado de concentración en internet, los "efectos de la red" ocasionaron uno mayor, pese a la estructura abierta que caracteriza al mundo del www.

Desde el punto de vista de la economía como un todo, internet estaba bajando el costo de las transacciones dramáticamente, especialmente en el sector de los servicios. Y muchos analistas -incluyendo al entonces director de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan,- vieron los efectos de esta "nueva economía" como una parte fundamental en el control de los precios al consumidor pese al rápido crecimiento económico.

De diversas maneras, el boom de internet evocaba a la "locura de las vías férreas" del siglo XIX. Aunque los precios se elevaron artificialmente y se produjo un exceso de inversión, el nuevo medio de comunicación revolucionó en muy poco tiempo la manera de hacer negocios -al igual que lo hizo hace más de cien años el ferrocarril- disminuyendo los costos de transacción.

Incluso la exagerada inversión de capital en la red sentó las bases de la revolución de banda ancha, lo cual aceleró la velocidad de navegación en internet y preparó el terreno para su próxima expansión.

Revolución silenciosa

Gran parte del ahorro generado por internet estaba ocurriendo tras bastidores, en la estructura de funcionamiento de las grandes compañías. La revolución silenciosa estaba definiendo su ritmo incluso cuando las burbujas de internet apenas empezaban a estallar.

El crecimiento de subcontratistas, que condujo a empresas manufactureras a trasladar su producción a lugares en el extranjero mucho más baratos, no hubiera podido ocurrir sin internet. De hecho, casi todas las firmas de Silicon Valley -desde Apple hasta Cisco- subcontratan a otras compañías, mayoritariamente asiáticas, para la elaboración de sus productos.

Y buena parte de las funciones de respaldo de las oficinas, desde el procesamiento de datos hasta el manejo de personal, fueron reubicadas en el extranjero, especialmente en India, donde nuevos centros de servicios de negocio están surgiendo en Bangalore y en Hyderabad.

Global y local

A seis años del inicio de un nuevo siglo, es evidente que internet se ha convertido en una corriente dominante. En la actualidad, pocas empresas importantes pueden darse el lujo de no tener una página web para promocionar y vender sus artículos.

Y para muchas personas se ha convertido en hábito revisar los precios y la disponibilidad de los productos en internet antes de comprarlos.

Se estima que en EE.UU. el precio de venta en internet para los minoristas alcanzará los 170.000 millones de dólares en 2006. Mientras que las predicciones indican que, para 2010, el mercado europeo en línea habrá superado al estadounidense.

China está creciendo incluso con mayor rapidez, y podría tener más usuarios de internet que los que tiene EE.UU a finales de esta década.

Mientras, Internet puede seguir pareciendo revolucionario por el hecho de que cada vez hay nuevos servicios disponibles en la red -como por ejemplo en la descarga de música o en las llamadas telefónicas-, también es parte de nuestra rutina diaria. Pero, ¿beneficia tanto a los consumidores como a los comerciantes?

Una consecuencia es que hay más competencia debido a la comparación efectiva de los precios. Esto hace que los mercados sean más eficientes y, en el caso de las subastas de eBay, crea incluso un lugar en el mercado que con anterioridad no existía para algunos bienes.Pero internet tiene otro efecto: incrementar la gama de productos disponibles para los consumidores.

Esta es la teoría de la "cola larga", que sugiere que a medida que la red disminuye el coste de mantener el inventario y su almacenamiento, le permite a las empresas ofrecer artículos que no podrían estar disponibles sino a través de internet (por ejemplo, la variedad de libros que se encuentran en Amazon.com).Esto también beneficia a los consumidores pues tienen acceso a nichos de productos que, de otra manera, no encontrarían con facilidad. Finalmente, Internet también ahorra tiempo porque la compra y la entrega de mercancía, así como el acceso a la información, está disponible con mucha mayor rapidez de lo que solía estar.

La red ha sido una tecnología revolucionaria, y la velocidad a la cual ha transformado los negocios no tiene precedentes en la historia. Pero apenas a una década de su comercialización, es poco probable que ya haya alcanzado la totalidad de su potencial.

JAVIER PASTOR

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