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Un vídeo sexual de una menor evidencia los peligros de la web 2.0

Una grabación donde una menor mantiene relaciones sexuales con un grupo de jóvenes se difunde en pocas horas por Internet

La era de la web 2.0 donde el usuario se convierte en protagonista y creador de los contenidos vuelve a mostrar su lado más oscuro. Una joven asturiana, menor de edad, está comprobando en sus propias carnes hasta donde puede llegar el poder viral de Internet al propagar a toda velocidad un vídeo grabado con un teléfono móvil en el que se le ve manteniendo relaciones sexuales con un grupo de chicos.

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La grabación, efectuada en un parque público, se ha extendido como la pólvora por multitud de blogs donde se comenta con todo lujo de detalles su contenido, se reproducen los diálogos entre los múltiples protagonistas y donde los internautas no tienen ningún reparo en dar su opinión sobre la escena.

El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil están investigado el caso y ya se han producido cuatro detenciones. El vídeo está aparentemente grabado con el consentimiento de la adolescente y en un parque público. El problema radica en su difusión por Internet ya que la cinta traspasa de esta forma los límites de lo privado y podría constituir un delito contra la intimidad, el honor o la imagen de la menor cuyo nombre de pila se repite varias veces, y puede ser perfectamente identificada en las imágenes.

Esta vez el vídeo no ha distribuido a través de YouTube, la plataforma de intercambio de vídeos de Google, ya que la compañía mantiene un control bastante exhaustivo para censurar los contenidos de carácter sexual, si no que se han utilizado servicios para la compartición de archivos como Rapidshare, Megaupload o Yousendit, que permiten almacenar archivos pesados de manera gratuita. Estos servicios generan automáticamente una dirección de Internet, una "url", desde la cual se puede acceder automáticamente al contenido que ha dejado el usuario.

La labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad que están tratando de bloquear cualquier acceso a este vídeo es aún más complicada puesto que las fuentes están mucho más dispersas y distribuidas que en el caso de los servicio tipo YouTube. También va a resultar muy difícil identificar a las personas que han publicado el vídeo puesto que basta con dar un nombre y una dirección de correo electrónico, en el más complicado de los casos, para registrarse en uno de estos servicios.

La mayoría de estos sitios web ya están alertados y han retirado el vídeo. "Este vídeo ha sido borrado. Razón: el archivo se ha prohibido. Se han recibido quejas", dice Rapidshare en una mensaje de advertencia cuando se pincha en una de esas direcciones que se encuentran publicadas en los blogs donde se comenta la grabación.

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