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Respuestas telefónicas allí donde no llega Internet

El hombre que llamaba se sentía impotente. Una nueva plaga estaba devorando su cultivo de café recién plantado y quería saber qué hacer. Tyssa Muhima tomaba notas y prometió volver a llamarle en 10 minutos con una respuesta.

Cada día, Muhima y otras dos jóvenes contestan a unas 40 llamadas así en este pequeño centro de los alrededores de la capital de Uganda. Son operadoras de Question Box, un teléfono de ayuda gratuito y sin ánimo de lucro cuyo objetivo es ofrecer información a gente de zonas remotas que no tiene acceso a los ordenadores.

La idea fundamental en que se basa Question Box es que hay muchas barreras que impiden que la mayoría del mundo en vías de desarrollo se beneficie de los conocimientos que están disponibles a través de los buscadores de Internet, según explica Shuman, creadora del servicio. Eso podría suponer un obstáculo para el desarrollo económico. "Por eso pensé: ¿por qué no llevarles la información de una forma que les resulte más cómoda y útil?", dice Shuman, que reside en Santa Mónica, California.

En lugar de buscar la información por sí mismos, los habitantes de dos comunidades agrícolas de Uganda pueden recurrir a los 40 trabajadores de Question Box que disponen de teléfono móvil.

Los trabajadores llaman al centro de atención telefónica y hacen preguntas en nombre de los residentes, o activan el dispositivo de manos libres para que puedan hacer las preguntas ellos mismos. A renglón seguido, los operadores buscan la información solicitada en una base de datos y se la transmiten a los trabajadores, que se la pasan a los lugareños. A los trabajadores se les compensa con tiempo de llamadas de móvil.

El servicio es una iniciativa conjunta de Open Mind, un grupo sin ánimo de lucro fundado por Shuman, y la Grameen Foundation, especialmente conocida por promover microcréditos para los pobres. Ha recibido ayuda económica de la fundación de Bill y Melinda Gates.

El servicio Question Box se puso en marcha en algunos pueblos lejanos de India hace dos años, y llegó a Uganda en abril. La versión ugandesa aprovecha la enorme popularidad que tienen los teléfonos móviles en África. Su uso se ha multiplicado por más de tres en los últimos años, y ahora casi 300 millones de africanos tienen móvil.

En las zonas rurales, que antes estaban desconectadas y aisladas de los centros urbanos, los móviles son un salvavidas que permite acceder a los bancos, las noticias y las oportunidades empresariales. Eso supone un gran avance tecnológico pero, para la mayoría de los africanos, el acceso a Internet todavía es demasiado caro y lento.

Question Box se concibió como una forma de superar las barreras tanto del coste como de la escasez de conexiones a Internet. Con el tiempo, Question Box permitirá que los agricultores y otros usen la línea de ayuda con sus móviles o mediante mensajes de texto.

En junio, Google presentó una iniciativa similar en Uganda, en la que también participa Grameen Foundation, que permite a la gente encontrar información sobre temas como la salud y la agricultura a través de mensajes de texto.

Nathan Eagle, miembro del Instituto Santa Fe de Nuevo México que ha realizado investigaciones sobre los teléfonos móviles y el desarrollo en África, afirma que, aunque este tipo de servicios pueden ser útiles, deben responder a las necesidades de sus usuarios.

"No podemos sentarnos en nuestras oficinas en EE UU y decidir lo que es útil para la gente y lo que es importante en sus vidas", señala Eagle, que también dirige un negocio basado en telefonía móvil en Kenia. "Los servicios sólo son valiosos si son abiertos y flexibles".

Shuman afirma que Question Box es principalmente una herramienta para el desarrollo económico. El sector agrícola de Uganda da trabajo a más del 80% de la mano de obra, y recibir información oportuna sobre los precios de las cosechas o las técnicas de siembra más habituales es algo crucial.

"De esta forma, ayudamos a los agricultores a tomar decisiones sobre dónde vender, qué plantar y cómo cuidar mejor sus cultivos", explica Shuman. "Se trata de proporcionarles a las comunidades la capacidad de ayudarse a sí mismas".

No todas las preguntas que llegan tienen que ver con los negocios. Algunas están relacionadas con los deportes ("¿Qué equipo de fútbol es mejor, el Manchester United, o el Barcelona?") o con conocimientos generales de historia.

En India, la gente puede usar Question Box a través de una verdadera caja: una de metal con un botón que se pulsa para hablar. Hacen una pregunta, y un operador, desde una ciudad distante, busca inmediatamente la respuesta en Internet o pide a quien llama que espere unos minutos antes de darle una contestación.

"Mucha de esta información ni siquiera está disponible en Internet", comenta Jon Gosier, responsable tecnológico de Question Box. "El valor real de esta base de datos es que contiene gran cantidad de información que sólo guarda relación con las zonas locales".

La mayoría de las comunidades agrícolas rurales de Uganda están demasiado alejadas como para que a los proveedores de Internet les resulte rentable ofrecerles sus servicios, dice Gosier. " Por eso es por lo que Question Box seguirá siendo una herramienta importante para ofrecer a la gente de estas zonas la información que necesita".

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