Los ultrabooks entran con poca fuerza en el mercado

La aparición en el mercado de los ultrabooks no ha sido, por el momento, eufórica. Tanto Acer como Asus, fabricantes que ya venden ultrabooks, han rebajado las expectativas ante el hecho de que las ventas están por debajo de lo previsto. De las 200.000 a 300.000 unidades que esperaban vender, ahora se conforman con cerrar el año con unas cien mil ventas, según Diditimes. El motivo de este frío recibimiento de los ultrabooks podría estar en el precio que no los hace competitivos con el MacBook Air de Apple. En Taiwan, por ejemplo, los ultrabooks superan los mil dólares de precio.

El concepto de ultrabook fue formulado por Intel en mayo. Una de las condiciones de estos portátiles ultrafinos era que no superasen la barrera de los mil dólares. La versión de 13 pulgadas del MacBook Air Apple cuesta entre 1.249 y 1.499 euros. Acer tiene un modelo en España que cuesta 799 euros y este mes debe lanzar una versión mejorada, con disco duro sólido, que costará 1.149 euros.

The Register apunta que los consumidores quizás están aguardado la salida el próximo año de modelos equipados con un nuevo procesador de Intel, el Ivy Bridge. Dell y HP tienen planes con el mismo, pero no hay una fecha concreta. Con la aparición de estos modelos, los actuales deberían bajar sustancialmente el precio de venta. Otra de las compañías interesadas en el proyecto de Intel es Microsoft, que los contempla como una nueva plataforma para su Windows.

Intel cree que en 2013 este aparato triunfará entre los consumidores como alternativa a las tabletas. Hasta entonces,piensan en fases. De aquí a final de año, los primeros modelos. A partir de 2012, los de tamaño similar al miniportátil pero con capacidad de edición de vídeo. Estos incluirán los procesadores con la arquitectura de 22 nanómetros. Para entonces prevén que el 40% de los ordenadores que se vendan serán de esta categoría. Para 2013 el catálogo será mayor, los habrá con un consumo menor y pantalla táctil.

La apuesta de Intel cuenta con un fondo de 212 millones de euros (300 millones de dólares) para incentivar a los fabricantes a apostar por esta solución.