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Auge del negocio de las aplicaciones de salud

Los ingresos de la sanidad electrónica se han multiplicado por siete en un año

La creadora de Mamás en forma.
La creadora de Mamás en forma.M. T.

Kasia Tuominen se ha inventado la aplicación Mamás en forma. Tuominen no tiene ni idea de tecnología, pero sí de preparación al parto y de que en los móviles españoles no existía nada parecido. Ya existe una aplicación, la suya. Es gratuita en parte, y en parte de pago (7,99 euros).

 “El año pasado los estadounidenses gastaron 2,6 billones de dólares en servicios relacionados con la salud, lo que equivale a un 18% del PIB del país. Mientras que la inflación se mueve alrededor de un 3%, el gasto en dichas actividades crece entre el 7% y el 9% anual”, explica Dan Phillips, de Sandbox Industries, durante la AppsOnHealth, un evento celebrado en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

La medicina mueve dinero y los móviles también. Cuando las nuevas tecnologías, y en concreto las aplis para teléfonos inteligentes, se ponen al servicio de médicos y pacientes, el negocio puede llegar a multiplicarse por siete en apenas un año. “En el año 2010 las aplicaciones de salud facturaron algo más de 100 millones de dólares. En 2011, unos 718”. En dos años y media se han creado más de 6.000 aplicaciones relacionadas con la salud.

Las cifras proporcionadas por Chia Hwu, de la firma Qubop, también son prueba del auge en el sector: “En los hospitales norteamericanos, el 84% de los médicos dispone de móvil o tableta (el 60% prefiere el iPhone) y el 38% tiene también un iPad. Más de la mitad emplea aplicaciones para tareas relacionadas con su profesión”. En Europa, el 26% de los profesionales de la salud tienen la tableta de Apple con la que pasan la cuarta parte de su tiempo de trabajo.

“Desde mi academia Fitness Integral de Banyoles damos soporte físico y psicológico a mujeres embarazadas”, explica Tuominen, de 34 años. “Intentamos alejar a las futuras mamás de la idea de que el parto es algo meramente médico y una experiencia relacionada con el dolor. Yo me centré en el contenido y contraté el desarrollo informático a una tercera empresa”.

“Nací y crecí en Finlandia, pero viví bastantes años en Estados Unidos antes de mudarme a España”, continúa Tuominen. “Cuando llegué aquí recibía correos electrónicos de mujeres que requerían mis servicios a distancia. Decidí dar un paso más y entrar en los teléfonos. Siempre es más cómodo consultar el móvil que el ordenador”.

El reto, según Hwu, es “saber enfocar las aplicaciones y dotarlas de valor para el usuario, bien sea médico o paciente. Los datos de Flurry dicen que en la actualidad de cada 10 personas que descargan una aplicación, nueve la han dejado de usar o la han borrado al cabo de seis meses”. Para la experta, “es importante que se automaticen los procesos dentro de las aplicaciones, para ahorrarle tiempo al cliente. A nadie le gusta tener que teclear muchas cosas en estos pequeños aparatos”.

Para Ángel Díaz Alegre, fundador de iDoctus, los beneficios de estos programas para móviles van más allá de las cifras: “Los aparatos móviles superan muchas barreras físicas que puede haber entre paciente y doctor; por ejemplo, el médico puede tomar una foto de la garganta de un paciente y mostrarle qué es lo que tiene”.

“Quiero que cualquier mujer tenga la información indispensable cuando dé a luz, así que pronto desarrollaremos la apli para Android”, explica la madre de Mamás en forma. De momento, el 7% de las mujeres que se la han descargado han acabado pagando los contenidos extras.

“A menudo aprendes de estas novedades”, reconoce Marta Fernández, directivo del hospital Sant Joan de Déu, para confesar: “Los hospitales en general tienen muy malas conexiones para el Internet inalámbrico”.

“Estamos lejos de utilizar aplicaciones desde una perspectiva institucional”, confiesa Jorge Juan Fernández, director del área de Salud Electrónica y Salud 2.0 del mismo hospital. “La tecnología móvil que tenemos en nuestras casas es mucho mejor que la que disponemos en los hospitales; pero no podemos llevarnos nuestros dispositivos al trabajo porque esto aumentaría los riesgos en cuanto a la seguridad. Un médico no puede permitirse perder un teléfono personal lleno de información”.

Aun y todo, Josep Manuel Picas, director de Sistemas y Tecnologías de la Información de los hospitales de la Santa Creu y Sant Pau, ve probable que en un futuro próximo “los médicos puedan recomendar y prescribir aplicaciones, tal y como ya hacen con los tratamientos”.

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