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Socialcam para vídeos

Adquirida por Autodesk, se ha convertido en la aplicación más popular para grabar y compartir vídeos desde el móvil. Su creador, Michael Seibel, explica cómo lo han conseguido.

Michael Seibel.
Michael Seibel.

El móvil suena en mitad de la entrevista y Michael Siebel no duda ni un segundo. “Esta la tengo que coger…”, dice con un gesto de disculpa. Se levanta, camina hacia un rincón en chanclas, bermudas y camiseta y descuelga. “Hola mamá… yo bien… en una entrevista… ¿has comprado el regalo de papá?...”.

A sus 29 años, él y tres amigos acaban de embolsarse 60 millones de dólares (40 millones de euros) por vender una de las aplicaciones de vídeo más populares del momento, Socialcam. La lanzaron hace año y medio, superó los 16 millones de descargas, Seibel aplicó su labia y trato hecho, vendida a uno de los viejos del lugar, Autodesk, creadora del programa de diseño Autocad.

“¿Por dónde íbamos?”, dice tras cinco minutos de cháchara familiar. Licenciado en ciencias políticas por la Universidad de Yale, Seibel defiende la operación como una oportunidad que no podía rechazar. “Autodesk ha creado algunos de los mejores programas de edición, diseño, vídeo y dibujo del mercado, añadir esa tecnología a Socialcam nos permitirá seguir creciendo. Además, continuaremos como marca y compañía independiente”, asegura.

Socialcam, conocida como el Instagram del vídeo, es el último caso de éxito fulgurante en Silicon Valley, una start-up con menos de dos años de vida que se vende por una millonada. No son los 1.000 millones que Facebook pagó por Instagram, pero 60 millones por una idea con cero ingresos no está nada mal. “El valor de una compañía no solo se mide por sus ingresos. Aspiramos a convertir la creación de vídeos en algo masivo. Si lo conseguimos podemos llegar a hacer algo tan importante como YouTube”, dice Seibel.

La comparación con Instagram no es casual. Socialcam hace exactamente lo mismo pero con vídeos en lugar de fotos. Permite grabar sin límite de duración, aplicar un filtro para ‘tunear’ las imágenes y compartirlas en segundos en las redes sociales. El interfaz es prácticamente idéntico y, sorpresa, la oficina de Seibel está a solo 100 metros de la antigua sede de Instagram en pleno centro de San Francisco. ¿Copia o inspiración? “No, no estábamos aquí sentados esperando a ver qué hacía Instagram para copiarlo. Simplemente surgió. Algunas cosas son parecidas, otras, como los trending topics de vídeos, no”.

Seibel no es un principiante en el vídeo online, más bien lo contrario. En el 2007 se unió a su amigo Justin Kan para crear Justin.tv. “Tenía 23 años y de repente Justin me propuso esta idea loca de montar una empresa. Pensé: ‘¿cuándo va a ser la próxima vez que tu mejor amigo te proponga algo como esto?’. Acepté de lleno”. La idea era simple: Kan se colgó una cámara en su gorra de béisbol y empezó a retransmitir su vida en directo las 24 horas del día los siete días de la semana. Fue tal la expectación que permitieron a cualquiera hacer lo mismo. Se convirtió en un fenómeno viral, tanto que se fue de las manos: a finales del 2008 un adolescente retransmitió en directo su suicidio.

“Aprendimos muchísimo de toda esa experiencia”, recuerda Seibel. Poco después, con la llegada de los smartphones, crearon Socialcam y en 2011 la convirtieron en empresa independiente de Justin.tv, con Seibel al frente. Desde entonces el crecimiento ha sido imparable: 95 millones de registros entre la web y el móvil y más de 16 millones de descargas de la aplicación. La medidora AppData muestra caídas importantes de tráfico en las últimas semanas pero Seibel asegura que siguen creciendo. “Hemos aumentado de 15 servidores hace dos meses a casi 200 ahora. Más del 50% del tráfico viene de fuera de EE.UU., de hecho España es el décimo país en visitas, y el 15% de quienes abren la aplicación graban un vídeo. En YouTube solo un 0,02% de la gente registrada ha subido un vídeo, ya no es un medio de creación sino de consumo de contenido”.

Seibel está convencido de que “crear vídeos será la próxima gran forma de socializar online” Y lo explica: “la gente lleva haciendo fotos toda su vida, pero las cámaras de vídeo han más minoritarias, estaban guardadas en un cajón, sólo las podía manejar el padre, se sacaban para las celebraciones… ahora todos llevamos una cámara de vídeo en el bolsillo y hacer un buen vídeo y compartirlo es tan fácil como con una foto, pero es algo cultural. Es cuestión de tiempo que eso cambie”, explica.

Además asegura que las marcas están muy interesadas en explorar nuevas posibilidades con el vídeo. “Los anunciantes gastan la mayor parte de su presupuesto publicitario en televisión. Si le podemos dar algo parecido en Internet, con grandes audiencias, invertirán”. ¿Por qué Facebook, Twitter o Google+ no apuestan entonces claramente por el vídeo? “Porque no está en su ADN. Cuando Facebook nació ni siquiera existían los smartphones, se están adaptando. Twitter, lo mismo. Y en Google básicamente miran qué hace Facebook para copiarlo en Google+”.

Tras vender a Autodesk, Seibel ve su futuro cercano en Socialcam, pero más allá no lo tiene claro. “Siempre quise dedicarme a la política pero algo me ha cautivado del mundo tecnológico: la posibilidad de hacer cosas en lugar de prometerlas. En política cuesta una eternidad conseguir algo aunque, por otra parte, luchas por los problemas de la gente normal. La verdad, no sé qué haré”, dice. ¿Una foto para finalizar? “¡Qué va!, mira cómo voy… te envío yo una que estaré más guapo”, promete riéndose. Manías de político sí tiene.

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