_
_
_
_
_

La ciudad sí se conecta en el MWC

200 empresas enseñan sus aplicaciones para un entorno digital

Ana Pantaleoni
GIANLUCA BATTISTA

Lo primero con lo que se encuentra el visitante al llegar a la ciudad conectada es a Richie en bicicleta, su cuerpo conectado a unos sensores y en el manillar varios aparatos móviles. Están monitorizando su rendimiento. Richie y su bicicleta son solo una mínima parte de la ciudad conectada que se presenta estos días en el Mobile World Congress en Barcelona. Si el año pasado mostraron la casa conectada, la asociación GSMA, que engloba a más de 800 operadoras y 200 empresas de la industria de la movilidad, ha querido dar el salto. “La ciudad nos servirá de inspiración a todos, para reconocer el potencial de esta conectividad móvil omnipresente a la hora de impactar en nuestras vidas”, afirmó hace unos días Michael O’Hara, director de mercadotecnia de la GSMA.

La gente se amontona a media mañana en el colmado para comprar verdura y fruta a través de la tecnología NFC, que permite usar el móvil como billetero. La empresa coreana KT muestra cómo funciona su aplicación Zoomoney, que ya hace un año que se usa en muchos comercios en Corea. La asociación GSMA junto a sus socios como Visa, La Caixa y Telefónica impulsan esta tecnología para realizar pagos a través del móvil y han organizado una prueba generalizada estos días: un grupo limitado de asistentes está recibiendo un Sony Xperia T equipado con conexión vía NFC. Con el teléfono pueden realizar pagos y acceder a información de la ciudad.

Una ciudad conectada no sería lo mismo sin un coche y una casa enchufada. AT&T muestra una casa completamente automatizada que permite controlar a través de la web la energía del hogar y su seguridad: subir y bajar persianas, encender la chimenea, cerrar la radio o poner en marcha la lavadora. Este sistema ya está listo para su lanzamiento en marzo en Estados Unidos y en 2014 empezarán a extenderlo al resto de países.

El Ayuntamiento explica las bondades que tiene convertirse en ciudad inteligente. Y las posibilidades que ya existen para controlar el tráfico o la capacidad de los aparcamientos con solo disponer de una aplicación que absorbe los datos y es capaz de tomar decisiones. Según los datos que maneja la GSMA, los ciudadanos podrían recuperar hasta una semana completa de su tiempo al año gracias a la aplicación de sistemas de transporte inteligentes, que permiten controlar los flujos de tráfico y fomentar el uso del transporte público.

La educación es otro de los objetivos. El uso de teléfonos móviles, lectores electrónicos y tabletas para permitir el aprendizaje flexible en los países desarrollados aumentará las tasas de los estudiantes de primaria y secundaria en un ocho por ciento, o 1,8 millones de niños, en 2017. Un robot te da la bienvenida en una de las esquinas de la casa conectada. Solo hay que programarlo con tiempo y colocarlo en el aula y permite conectar por videoconferencia con cualquier experto para que ayude al maestro a tratar un tema determinado. Acabada la visita, Richie sigue pedaleando. Está promocionando una carrera en bicicleta que se celebrará el próximo 5 de septiembre. Un centenar de participantes saldrá de Bruselas con el objetivo de alcanzar Barcelona el día 19. Ellos promocionarán así la salud en movilidad y las aplicaciones que existen para controlar la diabetes.

La ciudad conectada está abarrotada de congresistas que la visitan estos días; sin embargo, sigue siendo necesario hacer cola para tomarse un café en una de sus calles.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_