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Para ahorrar, todo en uno

Las ofertas conjuntas de móvil e Internet se convierten en el producto estrella de las operadoras. La factura puede bajar un 40%

Fuente: Compañías.
Fuente: Compañías.C. AYUSO / EL PAÍS

En los malos tiempos conviene gastar menos y además simplificar el dispendio para comprobar que realmente estamos ahorrando. Esto es lo que está pasando ahora en el sector de las telecomunicaciones, en el que las grandes compañías han revivido su oferta comercial con los llamados servicios convergentes o, más popularmente, el todo en uno. La cosa consiste en comercializar de forma conjunta telefonía fija, móvil e Internet (y optativamente televisión). Una factura única en lugar de tres y un importante descuento hacen muy atractivos estos paquetes para el consumidor.

 La fiebre de los servicios empaquetados no ha hecho más que despegar. Pero su arranque ha sido recibido con un entusiasmo popular que ha visto en ellos la respuesta idónea a la necesidad de recortar el presupuesto familiar. Según los datos del último informe de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), a finales de 2012 casi 7,8 millones de líneas móviles tenían los servicios de voz y banda ancha empaquetados. En el último año aumentaron en 4,2 millones de líneas, más del doble, un 116,7% concretamente. Y ese empuje se ha producido en un año especialmente malo, en el que la telefonía móvil vivió su peor crisis con más de dos y millones y medio de líneas perdidas.

Sin duda, 2013 va a ser el año del combo en las telecomunicaciones. Se estima que en 2015 dos de cada tres contratos serán convergentes. Cada uno con su estrategia, todos los operadores coinciden en que no hay marcha atrás. No importa que vengas del mundo del móvil o de Internet, la compañía que no disponga de una oferta conjunta está condenada a desaparecer o a reducir su mercado al cliente ocasional o de nicho, como el prepago o las llamadas internacionales, por ejemplo.

La irrupción de este producto conjunto se debe a dos razones. La primera es la necesidad de dar una respuesta a un consumidor acuciado por la caída de ingresos domésticos. Pese a sus deficiencias, el sector de las telecomunicaciones es de los pocos en los que existe una competencia real (nada que ver con el oligopolio energético), como prueba el hecho de que sea el único en el que bajan los precios año a año. Los combos han supuesto un ahorro de cerca del 40% de media en la factura. Y mucho más respecto a lo que se pagaba hace tan solo dos años. Un ejemplo práctico: contratar el teléfono fijo con llamadas nacionales (solo a fijo) y un ADSL de 1 mega (ampliable a 6 megas en algunas zonas) con Telefónica costaba en 2010 cerca de 60 euros al mes. Hoy, por ese precio final, el paquete Fusión ofrece ADSL de 10 megas, 550 minutos de fijo a móvil, 500 minutos desde móvil, Internet móvil y SMS ilimitados.

La otra causa es la presión de las grandes operadoras, las que disponen de una red propia (ya sea de móvil o de Internet), para hacer valer sus inversiones frente a los revendedores. Las compañías de telecomunicaciones se sienten exprimidas por una alta fiscalidad, las multas y la presión normativa de los reguladores (CMT, Competencia y Bruselas). El presidente de una de las mayores compañías ha acuñado la expresión del “jamón deshuesado” para definir esa asfixia económica y legal. Ahora los paquetes le permiten ahorrar costes y realizar una oferta diferenciada que no puedan replicar los revendedores, como los operadores móviles virtuales, cuyo futuro está en el aire.

Todos los grandes tienen su oferta combinada. Abrió el fuego Movistar Fusión en octubre pasado. Desde ese momento, ha conseguido 1,5 millones de altas, y de estas, el 30% han supuesto nuevas contrataciones ya sea de móvil fijo o ADSL. No es ya la más económica del mercado, pero a su favor juega el hecho de que puede ser complementada con fibra óptica (velocidades de 100 megas con tecnología FTTH) y televisión (Imagenio).

Esa misma baza de la fibra (tecnología HFC) es la que juega Ono, que prefiere competir en velocidad más que en precio. Por eso, aunque dispone de un paquete básico de 12 megas por 43 euros, opta por centrarse en sus ofertas de alta velocidad, de 50 megas en adelante. “Nuestra red cuenta con una gran capacidad diferencial frente a las redes tradicionales”, dice Guillermo Mercader, director de residencial. “Por esto, solo Ono puede ofrecer a siete millones de hogares en España servicios avanzados como TiVo, su plataforma de TV inteligente, o las altas velocidades de Internet, en las que somos líderes del mercado”. Ono ha conseguido vender 500.000 líneas de móvil (aunque no tenga red) a sus clientes de Internet y, de hecho, se ha convertido junto a Jazztel en el operador virtual que más líneas roba a sus rivales por la portabilidad móvil.

Vodafone y Orange se disputan el liderazgo de las ofertas más competitivas. De hecho, sus planes básicos —Base 2+ADSL y Canguro 35, respectivamente— tienen exactamente el mismo precio final (42,35 euros al mes), aunque lo ofertado varía. Vodafone acaba de reducir en cinco euros sus paquetes Base3 y Red+ADSL para fijarlos en 40 y 50 euros al mes. Su reacción a su gran rival (Movistar) le ha permitido remontar el vuelo. La mitad de sus clientes de ADSL (400.000) tienen ya una oferta integrada con cualquier plan de precios de móvil, y en el primer trimestre ha conseguido arrebatar casi 45.000 clientes de ADSL de otras compañías. Su peor baza es la falta de una oferta de fibra, para la que está construyendo una red junto a Orange que llegará a seis millones de hogares en los próximos cuatro años y medio. Un poco tarde para competir con Telefónica. De ahí su exigencia de que el regulador garantice una oferta mayorista de fibra como la que hay en ADSL.

“La existencia de un mercado competitivo de telecomunicaciones dependerá de la regulación del mercado de banda ancha fija, incluyendo la fibra. Si la actual situación no se corrige, se corre el riesgo de volver a una remonopolización de esta industria, con los enormes efectos negativos que esta situación tendría sobre el cliente, la inversión y la generación de riqueza para el país”, dice Óscar Vilda, director general de la unidad de particulares de Vodafone.

Jazztel se mueve bien en todos los terrenos. Desde que sacara en agosto de 2012 su oferta convergente, ha logrado más de 300.000 clientes con ADSL y móvil, casi un tercio del total, aunque se ha marcado como objetivo llegar al 60% en 2015. Acaba de firmar un acuerdo para compartir y construir la red de fibra conjunta de Telefónica, pero su oferta comercial propia aún no tiene fecha en el calendario.

No hay que lanzar las campanas al vuelo. En Europa nos llevan ventaja, tanto en calidad como en precio. Baste un ejemplo: el paquete Open Start de Orange en Francia ofrece 20 megas de Internet, llamadas ilimitadas desde fijo tanto nacionales como internacionales, televisión y móvil por 47,70 euros. Una oferta impensable en España. 

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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