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Nueva Zelanda, condenada por espiar ilegalmente a Kim Dotcom

La detención del fundador de Megaupload por piratería en Internet fue posible tras ser vigilado por agencias, una práctica prohibida en el país

Kim Dotcom y, de espaldas, el primer ministro John Key.
Kim Dotcom y, de espaldas, el primer ministro John Key.

En enero de 2012, Kim Dotcom era detenido en Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda. Sus propiedades fueron confiscadas, sus cuentas embargadas, los discos duros de sus ordenadores enviados a las oficinas del FBI en Estados Unidos, país que solicitó su inmediata extradición, “por el mayor caso de piratería de la historia”.

Han pasado casi dos años y, en este tiempo, Dotcom sigue en Nueva Zelanda, ha recuperado sus propiedades, también sus cuentas bancarias, ha sentado en el banquillo al primer ministro del país y la jueza del Tribunal Supremo ha ordenado que el FBI haga copias (pagando de su bolsillo) de todo el material incautado y se lo reenvíe a su propietario. ¿Por qué? Por ser espiado ilegalmente gracias a Five Eyes, un acuerdo de colaboración policial entre Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos. Las agencias de espionaje se olvidaron que en Nueva Zelanda está prohibido el espionaje a sus ciudadanos y residentes.

Kim Dotcom, fundador de Megaupload, ha pedido una indemnización de 7 millones de dólares (cerca de 4 millones de euros) al gobierno de Nueva Zelanda por ser espiado "ilegalmente" con el programa Cinco ojos, y demandó al Gobierno por la connivencia en el espionaje.

Según la ley que regula a la Oficina de Seguridad de las Comunicaciones del Gobierno (GSCB, en sus siglas en inglés) la policía local tenía el derecho a espiar a cualquier extranjero que no tenga su residencia en el país, como era el caso de Kim Dotcom. 

La jefe de los magistrados del Alto Tribunal de Justicia de Nueva Zelanda, Helen Winkelmann, ordenó que el FBI copiara al material incautado a Megaupload y a su fundador Dotcom, lo que incluye diez millones de mensajes electrónicos y 150 terabytes de información.

El primer ministro, John Key, declaró en agosto en los tribunales y pidió perdón al presunto delincuente por haber sido espiado: “Pido perdón al señor Dotcom, pido perdón a los neozelandeses porque cada neozelandés que tenga residencia en el país o sea ciudadano debe ser protegido por la ley y hemos fallado en proporcionarle esa protección”. Dotcom, además de residente, tiene la doble nacionalidad germano-neozelandesa.

El perdón no significaba "no volveré a hacerlo", sino todo lo contrario. En agosto, pese a que el 75% de los ciudadanos estaban en contra, el parlamento del país aprobó por 61 a 59, una extensión de a las facultades de la policía en la ley que regula a la GCSB, que ya le permitirá espiar a los locales sin más cortapisas.

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