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Tabletas para la era pospecés

Samsung quiere entrar en el mercado de los profesionales

Escritorio con varias aplicaciones de la tableta Pro de 12 pulgadas.
Escritorio con varias aplicaciones de la tableta Pro de 12 pulgadas.

Cuando nació el iPad, Steve Jobs inauguró la era pospecé. Al principio la industria del ordenador se lo tomó a broma. El visionario insistía en que no desaparecerían por completo, pero sí que serían como camiones, herramientas pensadas para funciones muy concretas y siempre dentro del ámbito laboral; pero que llevar un camión para ir a la oficina (comprarse un pecé para navegar) se iba a acabar.

El tiempo le ha dado la razón. La venta de tabletas ha relegado al PC en todo el mundo. Microsoft ha creado un sistema operativo híbrido, pensado para el mundo táctil. En España, según datos de IDC, en 2013 se vendieron 3,8 millones de tabletas. En este año se espera un crecimiento del 19,4% hasta alcanzar los 4,5 millones de nuevas tabletas.

A pesar de su atractivo y utilidad, las tabletas siguen teniendo una asignatura pendiente, la productividad. Sirven para consumir (navegación, correo, redes sociales, aplicaciones…), pero carecen de funciones que las conviertan en un aparato imprescindible y productivo. La consultora TNS apunta en esta misma línea, cree que los particulares ya no se conforman con una experiencia multimedia notable, sino que demandan poder generar contenidos.

Celestino García, vicepresidente de Samsung España, considera que el lanzamiento de la gama de tabletas Pro ponen un paso por delante a su compañía en este terreno. “Nuestro compromiso es con la productividad, conseguir que la sensación al trabajar sea similar a la que se tiene con un PC. No es que volvamos atrás, al contrario, pretendemos acelerar la era pospecé”, insiste.

Samsung ha presentado dos modelos de tableta con mejor definición que las de su gama de consumo y con conexión 4G. Note Pro, con puntero táctil, y Tab Pro mantienen la estética habitual de esta línea de tabletas aunque con acabado algo más remozado y una sensación de mayor resistencia. Eso sí, con Android. Los precios van desde 399 euros del modelo sin puntero de 8,4 pulgadas, al los 849 del modelo Note de 12 pulgadas. El rango encaja perfectamente con los precios de los diferentes iPads de Apple.

Una de las opciones más interesantes es la posibilidad de conectarse al ordenador del trabajo en remoto. En pantalla aparece el escritorio de Windows, exactamente igual, para trabajar con los archivos sin aparente complicación. Otra mejora, ingeniosa, es la inclusión de ventanas, muy similar a los cuadros de Windows 8, para cargar el contenido de varias aplicaciones a la vez.

Los accesorios juegan un papel importante. No solo en el aspecto estético, como en el caso de fundas y atriles, sino en el práctico, con un teclado de la firma que sirve de funda y soporte, aunque con un precio elevado, 129 euros. A través del puerto de conexión se puede añadir un adaptador para cable de red, algo hasta ahora reservado para ordenadores de sobremesa y portátiles.

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