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Las cámaras se defienden de los móviles

Ante la evolución de los 'smartphones', las firmas del sector fotográfico están intentando reinventar el concepto de cámara

Desde que la tecnología fotográfica digital comenzó a popularizarse hace 15 años, no se habían visto tantas innovaciones como ahora en ese campo. El sector siente la necesidad de defenderse de los móviles, a cuyas cámaras recurren cada vez más los usuarios para hacer fotos y grabar vídeos. Y la mejor barrera de contención frente a la embestida de los smartphones es la calidad de imagen que proporcionan las cámaras estándar. Por eso cada vez estamos viendo más modelos capaces de lograr imágenes hasta hace poco inimaginables. Una buena prueba de esto es la Sony A7S, una máquina que capta fotos y vídeos de alta calidad prácticamente a oscuras. De hecho, resulta posible encontrar en Internet vídeos espectaculares grabados con ella en los que la única fuente de luz es la luna o una aurora boreal.

Pero el aumento de la calidad de imagen también se deja ver en las réflex más básicas. Así ocurre con la Nikon D3300 (en la imagen), la más sencilla del catálogo de este fabricante, capaz de captar fotos de 24 megapíxeles con un nivel de detalle que supera al de algunos modelos profesionales de la competencia.

Otro filón que están explotando los fabricantes de tecnología fotográfica es el de las cámaras de acción. Algo que se debe sobre todo al gran éxito cosechado por las GoPro, unas máquinas mucho más resistentes a golpes y salpicaduras que cualquier móvil. Algunas marcas están cambiando la forma en la que entendemos los dispositivos todoterreno, y un buen ejemplo de esto es la Polaroid Cube, una diminuta cámara con forma de cubo que permite captar fotos y vídeos con puntos de vista poco comunes. Entre otras cosas, porque incorpora un pequeño imán que le permite adherirse a superficies metálicas. Además, soporta caídas y salpicaduras de agua sin necesidad de una carcasa protectora.

Cada vez hay más cámaras diseñadas para que las utilicemos junto con un móvil

Los accesorios que se venden para esta minúscula Polaroid permiten sujetarla al manillar de una bici o incluso llevarla colgada, por lo que estamos también ante un dispositivo diseñado para contar historias visuales en primera persona. Su principal carencia es que no dispone de conectividad wifi para enviar al móvil, sobre la marcha, las fotos y vídeos que captamos con ella. La HTC RE Camera, un dispositivo similar, sí ofrece conectividad, pero cuesta 229 euros frente a los 100 de la Polaroid. Que las cámaras y móviles se entiendan bien entre ellos es otro de los frentes en los que también se está innovando, pues cada vez hay más cámaras diseñadas para que las utilicemos conjuntamente con un teléfono.

Sony fue pionera en este campo al lanzar su gama QX. Unas cámaras sin visor ni pantalla pensadas para ser controladas con un iPhone o un teléfono Android y que se adhieren a estos terminales con una pinza. En los nuevos modelos se corrigen muchas de las carencias de la primera hornada. La ILCE-QX1, que cuenta con memoria interna, equipa un sensor de imagen similar al de una réflex y permite usar diferentes tipos de objetivos. El precio es de 300 euros (sin objetivo), una cifra inferior a la de una réflex básica.

Los géneros fotográficos se transforman

Las técnicas híbridas que están a caballo entre la fotografía y el vídeo viven un gran momento. Sobre todo la del time-lapse. Son muchos los fotógrafos que disparan miles de fotos para luego encadenarlas en forma de vídeo y mostrar a toda velocidad el paso del tiempo en plena naturaleza o en una bulliciosa ciudad. Algunos no dudan en comprar sofisticados accesorios para depurar sus creaciones, como, por ejemplo, trípodes motorizados que giran lentamente para realizar un barrido panorámico perfecto. También el selfie ha cambiado el concepto de autorretrato y cada vez son más las cámaras, incluidas algunas réflex, que incorporan pantallas giratorias para facilitar las autofotos. Sony lanzó recientemente una cámara especialmente pensada para esta clase de imágenes con un objetivo giratorio. Un dispositivo del que también llama la atención su diseño basado en un bote de perfume.

Olympus también ha comenzado el desarrollo de una serie similar de cámaras a las QX junto con el Instituto Tecnológico de Massachusetts. El proyecto se denomina Open Plattform Cameras y en él pueden colaborar también desarrolladores independientes. Con esta propuesta, la empresa no busca solo crear un nuevo tipo de cámara, sino también una gama de accesorios y aplicaciones de software para ella. En 2015 comenzará a ver la luz.

Otra cámara pensada en gran medida para interactuar con un móvil es la Ricoh Theta. Lo que la distingue de otras es que usa dos objetivos para captar imágenes de 360 grados, similares a las de los coches de Google Street View. De hecho, se trata de la única cámara que usa la tecnología de fotos esféricas de Google. Aunque fue lanzada hace algo más de un año, acaba de aparecer una nueva versión capaz de grabar también vídeos de 360 grados, una funcionalidad interesante para captar imágenes con un gran número de elementos.

Pero no todos los fotógrafos buscan innovaciones que les permitan hacer fotos muy diferentes a las que actualmente conocemos. Buena prueba de ello es una máquina tan rompedora como clásica en su espíritu: la Leica M Monochrome. Una cámara pensada solo para captar imágenes en blanco y negro de gran calidad. Aunque algo así puede parecer un disparate, se rumorea que en 2015 otras marcas podrían seguir los pasos de Leica y fabricar cámaras que únicamente capten imágenes en escala de grises.

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