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Un paseo por el futuro de la tecnología

La zona de 'startups' en el CES alcanza su cuarta edición Las pequeñas empresas muestran las últimas tendencias en 'wearables' y tecnología del hogar

Un visitante observa la cerradura inteligente Goji.
Un visitante observa la cerradura inteligente Goji.R. J. C.

Comenzó como un experimento, siguiendo la estela de las pequeñas y florecientes startups que se creaban a solo una hora de avión, en Silicon Valley. Eureka Park es la zona donde los pequeños inventores pueden exponer sus avances en el CES, la mayor feria de consumo electrónico del mundo, que se celebra estos días en Las Vegas. En su cuarto año, Eureka Park supera las 300 empresas, un 50% más que el año pasado. En esta zona, donde se encuentra desde un oso de peluche que vigila a la niñera a través de una app a un patinete eléctrico, tienen cabida las pequeñas y medianas empresas del mundo de la tecnología. En Eureka Park fue, por ejemplo, donse se presentaron por primera vez las impresoras 3D.

El crecimiento no ha sido por generación espontánea. Hay dos factores que lo han impulsado y convertido en uno de los atractivos de CES. Por un lado, la aparición de plataformas de financiación colectiva, como Kickstarter e Indiegogo. Casi siempre van a CES cuando el producto ha conseguido suficiente músculo financiero en forma de reservas antes de que los aparatos entren en producción, cuando tienen un prototipo casi listo para salir al mercado.

Ese es el caso de Gabriel Bestard Ribas, creador de la cerradura inteligente Goji. Acaba de ser reconocido por la organización con uno de los premios al mejor aparato para el hogar y espera que su invento salga al mercado esta primavera en EEUU.

El otro factor de crecimiento ha sido el asesoramiento y consejo para tomar las decisiones correctas en cada momento. En la parte central de Eureka Park se encuentra un escenario en el que se suceden charlas, competiciones y ponencias. Up Global, una empresa sin ánimo de lucro, con apoyo de Google, Coca-Cola, American Express y las fundaciones Kauffman y Case, ofrece asesoramiento sobre los diferentes aspectos que afectan a los emprendedores: márketing, búsqueda de financiación y las últimas tendencias tecnológicas. Carla Pérez Vera, responsable de eventos especiales en la empresa, explica el porqué de este papel: “Eureka Park comenzó para ayudar a sacar a la luz las innovaciones que antes quedaban en la sombra. Ahora se han convertido en parte esencial de CES. Además, se da apoyo a las startups con sesiones con mentores, competición de producto y contacto con los medios".

Bestard Ribas no es el único español presente. Wetech, nacida en Gijón, ofrece anillos, pulseras, relojes y abalorios con chips NFC y bluetooth. Raúl del Coso es su creador: “Apostamos por el diseño, por incluir tecnología en productos que ya existían y aportar un valor por medio de una aplicación”. De momento, su bisutería oscila entre los 35 y 60 euros y funciona con móviles Android. Permite pagar con un solo gesto en el terminal, en el caso de las pulseras. Los colgantes con forma de muñeca se encienden y vibran al recibir una llamada sin tener que sacarlos del móvil. Otro uso para los anillos y relojes que ofrece es mandar la localización a un amigo, recordar en qué punto se aparcó el coche o abrir puertas.

El español Gabriel Bestard Ribas ha recibido el premio al mejor aparato para el hogar por su cerradura inteligente

Jenax no es exactamente un wearable pero nació pensando en ellos. Se trata de una batería que se dobla. Bueno, no solo se dobla, también se pliega, como si fuera papel. Son de Corea del Sur y aseguran que su solución podría dar hasta una semana de autonomía a los relojes inteligentes que se multiplican durante la feria. Ellos apuestan por integrarse en la correa. No se dirigen al consumidor final, por ahora, pero sí tienen en su plan ofrecer baterías externas para móviles que se puedan guardar como si fuesen una cartulina.

Ir de pasillo en pasillo no es sencillo. La expectación los bloquea. A esto se suma un medio de transporte sorprendente, el IOHawk, una versión avanzada del Segway, aquella supuesta revolución para moverse por la ciudad que ha quedado relegada herramienta para los guardias de seguridad en centros comerciales. Carece del pilar frontal que servía de manillar. Se maneja solo jugando con el peso del cuerpo, muy parecido a cuando se esquía. La firma que lo fabrica, radicada en un pueblo de California, Montebello, espera sacarlos pronto al mercado por 1.800 dólares. La autonomía, por ahora, es modesta, 19 millas.

Yossi Barath es un veterano en este área. Hace dos años mostró las bondades de un chip que fabricaba silencio. Su empresa, Silentium, de Tel Aviv, se ha empleado a fondo para poder aplicar la potencia de su invento en un producto final. A primera vista parece un secador de peluquería de hace 30 años. Una cápsula cónica que aísla. Basta con ponerse debajo para dejar de escuchar el constante runrún de la feria. “Puedes escuchar tu propia música, o llamar por teléfono sin molestar y sin que te escuchen”, explica el fundador. El precio depende de la envergadura del pedido. Barath piensa en clientes que van desde empresas a hospitales, centros de convenciones o incluso restaurantes y discotecas.

Una de las 'joyas' de Wetech.
Una de las 'joyas' de Wetech.R. J. C.

Los italianos Foome atacan un problema mundano pero recurrente, la alcoholemia, especialmente al volante. Lo que parece un llavero algo estridente es, en realidad, un detector a través del aliento. Marco Barbetta, director técnico de la empresa, insiste en que es similar al que usan las autoridades: “Pensamos que puede ayudar a ser responsables. No solo por las multas, sino, sobre todo, por la seguridad en carretera”. El aparato se conecta a la clavija de los auriculares del móvil y la aplicación hace el resto. En su país ya se vende por 49 euros, pero en EEUU costará 70 dólares. No hace falta cargarlo y, según el país en el que se esté, adapta el límite legal permitido para evitar sorpresas.

Eureka Park permite lo que las grandes firmas no se atreven a hacer. Virar, pivotar, pensar diferente, experimentar sin demasiado miedo. Al fin y al cabo, no hay accionistas mirando la cotización de la empresa, tan solo entusiastas dispuestos a desembolsar una cantidad a cambio de ser los primeros en tener en sus manos los ‘gadgets más sorprendentes.

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