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Nueva tarea de Apple: vender un reloj inteligente a un público indiferente

Apple ha convocado a los medios y se espera que dé detalles sobre su nuevo reloj

El presidente de Apple, Tim Cook, presenta el reloj, el pasado septiembre.
El presidente de Apple, Tim Cook, presenta el reloj, el pasado septiembre.AP

Para Apple, la fase difícil (producir un reloj inteligente) casi ha llegado a su fin. Pronto será el momento de la fase más dura: vender el tan esperado Apple Watch a unos consumidores a los que, por el momento, no les entusiasma la idea de llevar puesto un ordenador.

La primera remesa de relojes inteligentes de empresas como Samsung Electronics, Motorola y LG no se vendió bien ni recibió críticas especialmente positivas. En cuanto a los dispositivos para llevar puestos, como las gafas Google Glass, que habían atraído la atención general (a diferencia de lo que pasó con las ventas), fueron acogidos con un escepticismo considerable.

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Pero Apple ya ha estado en esta situación. A la mayoría de los consumidores no les interesaban las tabletas antes de que la empresa introdujese el iPad, ni, en general, se les ocurría comparar un teléfono inteligente antes del lanzamiento del iPhone. En ambos casos, Apple se impuso a la desconfianza inicial.

El Apple Watch, que la compañía presentó en septiembre y que se espera que esté a la venta en abril —este lunes es el evento en el que se espera que se concreten esas fechas—, es un ordenador en miniatura que se lleva en la muñeca, con una pantalla táctil y una corona para navegar por el dispositivo. Existen tres modelos distintos a precios diferentes, y las correas son intercambiables.

Apple lo ha promocionado como un aparato que puede ser atractivo para un abanico de consumidores que va desde los aficionados al ejercicio físico hasta los coleccionistas de relojes de lujo. No obstante, ha limitado sus funciones, haciendo que se parezca más a un reloj y que sea más fácil de entender que un chisme de alta tecnología que casualmente tiene la apariencia de un reloj, precisa Ben Bajarin, analista de consumo de tecnología de Creative Strategies. “Se trata de una categoría recién estrenada. La mayoría de la gente no tiene ningún marco de referencia para un reloj inteligente”, comenta Bajarin.

Los ingenieros que probaban el reloj fuera de las instalaciones crearon una carcasa para que se pareciese a un reloj de Samsung

A finales de febrero, Apple envió invitaciones a los medios de comunicación para un acto en el que se recordará cuáles son las características más notables del reloj y se harán públicos algunos detalles nuevos acerca del producto, según dos personas que disponen de datos sobre el acontecimiento. Está previsto que el anfitrión sea Tim Cook, consejero delegado de Apple.

Es probable que la compañía amplíe la información sobre el precio. El precio de partida para un Apple Watch básico es de 350 dólares. La empresa no ha dicho todavía cuánto habrá que pagar por los modelos de gama alta, como el Apple Watch Edition, fabricado en oro de 18 quilates, aunque los aficionados a los relojes calculan que costará como mínimo 10.000 dólares.

Todas las estrellas implicadas

En Apple, los miembros del equipo que han trabajado en el producto (cuyo nombre en clave era Gizmo) aseguran que fue un complejo reto de ingeniería. Tres empleados que han sido informados sobre el proyecto accedieron a hablar a condición de que no se mencionara su nombre.

Según uno de ellos, en un esfuerzo por mantener el secreto, los ingenieros que probaban el reloj fuera de las instalaciones llegaron a crear una carcasa falsa que hacía que el aparato de Apple se pareciese a un reloj de Samsung.

Para funcionar a pleno rendimiento, es imprescindible que el reloj esté conectado a un iPhone

Los empleados de la empresa han descrito a las personas que crearon el reloj como un “equipo de estrellas”. Según algunos de ellos, todos los diseñadores e ingenieros de máximo nivel que trabajaron en el iPhone, en el iPad y en los Macs de Apple formaban parte de él. Entre los ejecutivos de élite están Jony Ive, jefe de diseño de la empresa; Jeff Williams, jefe de operaciones; y Kevin Lynch, un antiguo ejecutivo de Adobe que dirige el desarrollo del software del reloj.

Los empleados manifestaban que una de las dificultades fue introducir los potentes chips y sensores en el minúsculo circuito del reloj, que tiene el tamaño de un sello de correos. Hace casi dos años, la empresa experimentó con avanzados sensores para controlar la salud que vigilaban la presión sanguínea y el estrés, entre otras variables. Muchos de estos experimentos se abandonaron hace más de un año y medio, después de que quedase demostrado que los sensores eran incómodos y poco fiables, informan las mismas fuentes.

Hace tiempo que la empresa decidió que en la primera versión del producto incluiría un sensor de frecuencia cardiaca y otro de seguimiento del movimiento, con el fin de promocionar el dispositivo como un complemento del iPhone para supervisar el ejercicio físico. Asimismo, tiene un chip que permite hacer pagos sin necesidad de conexión por cable.

Tratándose de un dispositivo tan pequeño, otra preocupación era la duración de la batería, y los ingenieros estuvieron dando vueltas a cómo se tenía que reponer la energía del reloj. La empresa había experimentado múltiples métodos de recarga, entre ellos la recarga solar. Al final se acordó hacerlo por inducción, un sistema por el cual una corriente eléctrica crea un campo magnético, que a su vez produce la energía que alimenta el reloj.

Los fabricantes de apps temen que las aplicaciones para relojes no sean tan lucrativas como las de los teléfonos

Según Apple, se calcula que la batería durará todo un día, y que el usuario tendrá que recargarla por la noche, de forma parecida a lo que ocurre con un teléfono inteligente. Según un empleado, la empresa también ha desarrollado una característica, que aún no ha dado a conocer, denominada Power Reserve. Se trata de una función que mantendrá en marcha el reloj a bajo consumo, aunque mostrando únicamente la hora.

Apple lanzará el reloj algo más tarde de lo que se esperaba debido a dificultades de orden tecnológico. La deserción de varios empleados importantes probablemente no haya sido de gran ayuda. Dos personas han declarado que Nest Labs, el fabricante de aparatos inteligentes adquirido por Google el año pasado, se llevó a la competencia a algunos de los mejores ingenieros del equipo del reloj. Entre ellos estaba Bryan James, el exdirector del software del iPod, que a principios de 2014 pasó a ser vicepresidente de ingeniería de Nest, según las mismas fuentes.

Ventas decepcionantes

No obstante, cuando Apple presente su dispositivo, estará entrando en un mercado que ya está inundado de relojes inteligentes que funcionan con Android Wear, una versión del sistema Android de Google adaptado a los ordenadores para llevar puestos.

Hasta el momento, los resultados de los relojes inteligentes con sistema Android han sido decepcionantes. Según la empresa de investigación Canalys, en 2014 se sacaron al mercado 720.000 relojes inteligentes con sistema Android Wear. Daniel Matte, una analista de Canalys, considera que, basándose en esos números, sería prematuro decir que los relojes inteligentes son un fracaso. Asimismo, pronostica que el reloj inteligente de Apple será el que más se venderá el año que viene.

Pero es poco probable que el reloj haga que la situación cambie a favor de Apple, al menos a corto plazo. Toni Sacconaghi, analista financiero de la empresa de investigación Stanford C. Berstein, cree que este año solamente aportará una contribución modesta a la cuenta de resultados de la compañía. Prevé que Apple pondrá en el mercado 7,5 millones de relojes en la segunda mitad del año fiscal de la empresa, lo cual es una minucia comparado con las decenas de millones de iPhones que vuelan de las estanterías de las tiendas cada trimestre.

¿Dónde están las apps?

Las empresas que producen aplicaciones para relojes probablemente desempeñarán un papel importante en la definición de la utilidad del Apple Watch, de forma parecida a lo que ocurre con las que desarrollan aplicaciones para el iPhone y el iPad.

Tero Kuittinen, un directivo de Frank N. Magid Associates que asesora a creadores de aplicaciones para dispositivos móviles, dice que ha conversado con unos 20 sobre el Apple Watch. La mayoría, relata, son “cautelosamente optimistas”, pero se temen que las aplicaciones para relojes no sean tan lucrativas como las de los teléfonos móviles, debido a que el tamaño minúsculo de la pantalla puede limitar sus características o, peor aún, la publicidad.

Los ingenieros estuvieron dando vueltas a cómo se tenía que reponer la energía del reloj: será por inducción

David Barnard, un creador de aplicaciones independiente, afirma que está desarrollando una de sus aplicaciones para iPhone con el fin de que funcione con el Apple Watch. La aplicación, denominada Launch Center Pro, se puede personalizar para que inicie diferentes acciones como fijar la temperatura de un termostato conectado a Internet o abrir una puerta. Se declara “optimista” con respecto al potencial a largo plazo de los relojes inteligentes, y “escéptico” acerca de lo que la gente hará exactamente con ellos. “La verdad es que me pregunto cómo voy a utilizarlo exactamente, y con qué frecuencia”, concluye.

Traducción de News Clips.

© 2015 New York Times News Service

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