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Una máscara de realidad virtual acerca los océanos a las piscinas

Una empresa española crea el primer casco acuático que simula el buceo en el fondo marino

La máscara acuática de realidad virtual se ha presentado esta mañana en Madrid. / EL PAÍS
José Manuel Abad Liñán

Practicar submarinismo mientras se contemplan las aguas tropicales de México, sin tener que salir de la piscina, es una de las prestaciones de un nuevo dispositivo de realidad virtual presentado hoy en Madrid. Nautilus VR, una máscara dotada para practicar esnórquel (buceo de superficie), permite nadar y bucear sobre un fondo marino simulado.

La máscara se compone de un sencillo sistema de lentes, similar al de otros dispositivos de realidad virtual, al que se añade un novedoso sistema de respiración que cubre toda la cara y una carcasa para introducir un teléfono inteligente desde el que se proyecta a la simulación. Una vez bajo el agua, las imágenes se coordinan perfectamente con los movimientos del falso buceador.

“Creemos que se trata de la primera máscara de este tipo creada en todo el mundo”, ha subrayado Juan Barambones, inventor del dispositivo y socio de la empresa Remotte Labs, la start-up que lo ha desarrollado con un equipo de 8 personas, en su mayoría españoles, y una inversión inicial de 20.000 euros. La empresa emergente se ha financiado gracias a un business angel que aportó dinero para un proyecto anterior, un mando a distancia para las malogradas gafas Google Glass.

Simulación del fondo marino que visualiza la máscara.Vídeo: REMOTTE LABS

La idea surgió de un proyecto que Barambones, un ingeniero industrial de 42 años que vive y trabaja en Cáceres, desarrollaba hace dos años en su tiempo libre: “Estaba metido en una idea de realidad virtual para simular que andas virtualmente sin caerte, sin moverte del sitio, y alguien me sugirió aplicar la idea para los entrenamientos de buceo en las las piscinas”.

Las imágenes se coordinan perfectamente con los movimientos del 'falso buceador'

Además del uso deportivo y de ocio, el creador de la máscara avanza aplicaciones futuras, como el tratamiento de fobias, las sesiones de rehabilitación en agua (“así amenizaríamos las aburridas sesiones de fisioterapia”, apunta Barambones), y para aquellos submarinistas que por edad o condiciones físicas ya no pueden aventurarse a realizar grandes inmersiones.

La experiencia de uso de la máscara, aún un prototipo, es mejorable: se requiere corregir la visualización, la impermeabilización de la unión del dispositivo al rostro y abrir su uso a todo tipo de móviles y no solo a los aptos para inmersión. “Ya trabajamos en una carcasa para móviles que será totalmente estanca”, apunta el creador. Y también en buscar financiación para terminar el desarrollo, fabricarlo en masa y comercializarlo.

El gran momento de la realidad virtual llegará en 2016

"El concepto realidad virtual ha terminado por sonar antiguo antes de implantarse. Es algo que nos han contado miles de veces, pero ya está aquí". Así opina Óscar Hormigos, creador y fundador de The App Date, la empresa de eventos que ha acogido la presentación de la máscara Nautilus VR hoy en Madrid.

"El impacto de la realidad virtual en 2016 se parecerá al de la llegada de Internet al móvil en 2007", profetiza Hormigos. "Facebook ha comprado unas máscaras como Oculus Rift para que se conviertan en una experiencia inmersiva y ha empezado su producción industrial".

La industria de los videojuegos y la del porno serán las primeras en explotar esta innovación que, según el especialista en nuevas tecnologías, "estará a disposición de los usuarios a precios de entre 100 y 200 euros". Los usuarios pasarán "de compartir texto, imágenes y vídeos, a generar y difundir contenidos de realidad virtual".

A finales de 2015 aparecerá Oculus Rift para los consumidores y ya en 2016 Morpheus. En España, empresas como ImmersiON-VRelia, en Murcia, también desarrollan hardware de este tipo

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Sobre la firma

José Manuel Abad Liñán
Es redactor de la sección de España de EL PAÍS. Antes formó parte del Equipo de Datos y de la sección de Ciencia y Tecnología. Estudió periodismo en las universidades de Sevilla y Roskilde (Dinamarca), periodismo científico en el CSIC y humanidades en la Universidad Lumière Lyon-2 (Francia).

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