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opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La manzana también tiene gusanos

El reciente ciberataque a los dispositivos de Apple a través de su tienda de aplicaciones deja en evidencia las medidas de seguridad de las que siempre ha presumido la compañía

Seguro que alguna vez ha oído a algún adepto a la religión de la manzana decir que, entre las muchísimas e indiscutibles virtudes celestiales de los productos Apple, estaba la de no tener virus alguno, pero los tiempos han cambiado.

Los malos son cada vez más malos, sus técnicas cada vez más sofisticadas y Apple es hoy la compañía líder en el omnipresente mercado de la movilidad; eso la convierte —a ella y sobre todo a sus millones de clientes— en un objetivo inmensamente apetecible para todos esos señores empeñados en robar los datos del personal.

No es el primer incidente de seguridad de la compañía, que ya fue protagonista —aunque no lo asumió— en la filtración de fotos subidas de tono de celebrities de Hollywood el año pasado, pero el ataque conocido ayer es sin duda el más grave sufrido por la empresa que dirige Tim Cook (recién convertido en estrella televisiva del night show de la CBS). Apple reconocía que cientos de las aplicaciones de su App Store tenían código malicioso y dejaban una puerta abierta para que los malos pudieran acceder a los dispositivos y acceder a información sensible, como las claves bancarias. No solo esto: los problemas se centran en China, la nueva joya de la corona para Apple, donde este tipo de noticias podrían complicarle su éxito, hasta ahora incuestionable.

Apple ha dado pocas explicaciones, ha hecho poca autocrítica y, sobre todo, ha publicado una comunicación escasa, más si cabe cuando se compara con la ingente campaña de la semana pasada para anunciar a bombo y platillo sus últimas novedades de producto"

No sorprende la existencia de aplicaciones maliciosas, porque es un hecho que el malware para dispositivos móviles crece de manera exponencial y la ingente cantidad de apps que se suben cada día a la App Store o a otros marketplace de la competencia, como GooglePlay, hacen complicado poder verificarlas todas. Lo que sí sorprende, aunque no tanto si tenemos en cuenta la trayectoria de Apple, es la respuesta de la compañía. Un simple comunicado sin datos concretos ni de aplicaciones ni de usuarios afectados y mirar hacia los desarrolladores como culpables del fallo por descargar las herramientas de donde no deben (los mandamientos de esta religión son férreos respecto a donde descargar cosas). Apple ha dado pocas explicaciones, ha hecho poca autocrítica y sobre todo ha publicado una comunicación escasa, más si cabe cuando se compara con la ingente campaña de la semana pasada para anunciar a bombo y platillo sus últimas novedades de producto; y aquí los medios también tenemos nuestra parte de culpa: damos portadas a los lanzamientos comerciales de la compañía, pero dedicamos mucho menos espacio a los problemas y riesgos que tienen sus clientes.

Es cierto que problemas de seguridad tienen hoy todas las compañías sin excepción, pero no lo es menos que todos esperamos más de Apple: no puede garantizar la seguridad absoluta pero sí puede dar respuesta más rápida y clara a los problemas de sus seguidores.

Jaime García Cantero es analista independiente y director de Contenidos de El País Retina

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