¿Eres más feo que la media? ¿Vegano? Este es tu sitio para ligar

La búsqueda del amor en Internet se hiperespecializa. Si al principio la ilusión era acceder a un mercado teóricamente infinito y global donde era casi imposible no encontrar el amor, ahora las herramientas tecnológicas se ponen en función de fragmentar al máximo el mercado y crear nichos, a veces hipernichos, de potenciales amantes. Cuanto más estrechos, específicos y especializados (los nichos, no los candidatos), mejor.

La geolocalización ya había solucionado el asunto de la distancia física. Grindr Hapnn, y por supuesto, el hiperactivo Tinder, se encargaron de que el radio de búsqueda y acción se acotara todos los metros que fuera posible para que el mercado de la carne no se alejara mucho del barrio, pero ya no es suficiente. Ahora se trata de minimizar también la distancia emocional, el contraste estético y la diferencia filosófica, religiosa y hasta del sentido de la vida. En resumen, de minimizar el riesgo y evitar la exposición a la sorpresa y a los imprevistos de guión.

Crecen como setas los algoritmos dedicados a emparejar a individuos que se perciben a sí mismos como iguales. Exactamente iguales. También se le llama compartir la misma pasión. Geekmore es una plataforma para buscar la media naranja entre frikis, pueden serlo de Star Wars, Catwoman o de los comics manga. Todo aquel que no pueda probar su “orientación geek” debe abstenerse de entrar a la plataforma. Además, no tendría cuota de mercado, el sitio garantiza un 100% de interacciones geeks.

También está Boeuf-Lovers para carnívoros y amantes de los chuletones tamaño gigante y Booxup, una librería geolocalizada, conocida como el Tinder de los libros, y muy popular en el barrio parisino de Saint Germain des Prés. Los vegetarianos pueden buscar su media naranja en www.veggiedate.org o en www.veggieconnection.com.

Para los que confían más en el olfato de su mascota para los asuntos del corazón que en el suyo propio se ha inventado Tindog, una versión para Android de Tinder para perros (y sus dueños). Y en París ha nacido Animoflirt, un sitio para solteros con animales de compañía. Si en cualquier plataforma de contactos la foto de perfil es esencial, en estas hay que esmerarse también con la imagen y el currículo de la mascota. De no haber química con ella, el candidato no tendrá la más mínima posibilidad.

Ya sea usted millonario, judío, adventista del Séptimo Día, fan de los cómics japoneses, aspirante a vampiro o con un interés realmente serio en el chile jalapeño habrá una red social donde usted encaje como un guante. Y una potencial pareja esperándole con los brazos abiertos. Es el fin del trabajo sucio y del dar palos de ciego entre la masa anónima y esquiva. Internet está cada vez más ordenada por estratos, subestratos y nichos sociales que se corresponden exactamente con sus exigencias y necesidades. Este exceso de orden es la respuesta a una oferta teóricamente infinita y diversa de otras webs más generales que no permite a los usuarios en búsqueda activa de pareja concentrarse y apostar por una sola persona.

Una conversación con Amy Andersen, fundadora de Linx Dating y celestina de cabecera de varios gurús de Silicon Valley, revela que la mitad de su trabajo consiste en convencerles de que se concentren en una sola persona al menos durante una semana antes de ir a por la próxima opción. No hay que ser un cerebro privilegiado de Silicon Valley para intuir que en Internet siempre hay, teóricamente, una oferta mejor que la que tienes delante.

Además del exceso teórico de oferta, los expertos hablan de una diversidad de objetivos entre los que buscan que convierte el asunto en una tarea titánica. El sociólogo de La Universidad de la Sorbona Jean Claude Kaufman, que ha dedicado 30 años a investigar la pareja humana, reconoce en su libro Sex@mor (Pasos perdidos, 2013) que gozamos de más libertad y autonomía que nunca en nuestra vida romántica, pero los objetivos no son los mismos para todos: la monogamia y el matrimonio ya no son las aspiraciones fundamentales. "El sexo, reconfigurado como una actividad de ocio que implique la máxima cantidad de placer al mínimo coste de compromiso, es para muchos una meta más deseable”, afirma.

Y remata este experto: “Los portales de búsqueda de pareja han acelerado la confusión entre el sexo y el amor. El problema es que queremos los dos al mismo tiempo sin darnos cuenta de que no son lo mismo”.

¿Acaso la coincidencia absoluta de intereses, gustos, creencias religiosas u orígenes sociales puede garantizar el amor? La psicoanalista, experta en terapia de pareja Mariela Michelena cree que aunque nada asegura el buen funcionamiento de una pareja sí existe “la ilusión de que en alguna parte hay un alma gemela que se va a acoplar exactamente a ti”. Esta experta opina que las webs que hiperfragmentan el mercado son al menos un intento de acotar una búsqueda que muchas veces resulta infructuosa y agotadora.

“Ligar es un trabajo como cualquier otro, sí se consigue pareja en Internet, aunque no  a la primera”, señala una experta en terapia de pareja

El filósofo francés y hegeliano Alain Badiou sostiene: los sitios de búsqueda de pareja en Internet están destruyendo "nuestro ideal más romántico, eso que llamábamos amor”. En su libro Elogio del amor (La Esfera de los Libros, 2011) explica que el problema principal es que venden la idea de que el amor “está herméticamente sellado a la decepción”. Para ilustrar su teoría cita los eslóganes publicitarios de un conocido portal: “Have love without risk” (Encuentra el amor sin riesgos), “One can be in love without falling in love” (Uno se puede enamorar sin estar perdidamente enamorado), “You can be perfectly in love without having to suffer” (Se puede estar perfectamente enamorado sin tener que sufrir). Para Badiou, estas promesas son similares a las que ofrecería un seguro a todo riesgo, y el amor, añade, “es riesgo y aventura, no confort y seguridad”.

Mariela Michelena es, en cambio, más pragmática: “Ligar es un trabajo como cualquier otro”, tercia. Y aunque está en condiciones de afirmar rotundamente que sí se consigue pareja en Internet matiza que “no a la primera”. Michelena detecta dos problemas: uno, la multitarea –“chatear con cuatro a la vez no funciona porque no se puede estar involucrado sentimentalmente en muchas historias”-, y dos, el exceso de oferta, -“siempre hay la ilusión de que hay algo mejor”-.

Si un mercado hiperdividido y especializado va a despejar el panorama del amor online es algo que nadie se atreve a asegurar. “El friquismo no garantiza nada en sí mismo, no es mejor ni peor que cualquier otro criterio para augurar el éxito de una pareja”, afirma la psicoterapeuta.

Pero, al menos, y por una temporada, tendrán garantizados si no el amor, sí los temas de conversación.