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La guerra de los ‘bots’ se libra en Wikipedia

Hasta 4,7 millones de los cambios que se hacen en la enciclopedia digital son correcciones que los robots se hacen continuamente entre sí

Captura de pantalla de la página de inicio de Wikipedia en su 15 cumpleaños.
Captura de pantalla de la página de inicio de Wikipedia en su 15 cumpleaños.

Cada vez son más las páginas web que incorporan bots, programas informáticos que se comportan como humanos, para realizar tareas como responder a las preguntas de los usuarios, hacer publicidad o abrir cuentas de correo electrónico. Pero, a pesar de los esfuerzos y de su uso extendido, aún están muy lejos de actuar en la Red como lo haría una persona. Esa es la conclusión a la que ha llegado un grupo de ingenieros informáticos del Instituto Alan Turing de Reino Unido, que ha estudiado el comportamiento de estos robots en Wikipedia y ha descubierto que hasta 4,7 millones de las ediciones de los artículos son correcciones que los bots se hacen constantemente entre sí, cayendo en una especie de edición sin fin nada productiva.

Captura de pantalla de una de las ediciones producida por un 'bot'.
Captura de pantalla de una de las ediciones producida por un 'bot'.Wikipedia

Los bots que trabajan en Wikipedia se encargan de tareas que pueden resultar tediosas para las personas, como identificar y deshacer casos de vandalismo, añadir enlaces, corregir la ortografía y guardar la concordancia sintáctica de las oraciones. El problema viene cuando las ediciones que hacen están condicionadas por el país y el lenguaje en el que han sido programados y están influidas por algunos aspectos culturales. Por ejemplo, algunas de estas reversiones vienen por cambiar “Palestina” por “territorio palestino” o “Golfo Pérsico” por “Golfo Arábico”, y así con varios millones de conceptos que no coinciden en las distintas regiones del mundo. 

Además, están programados para revisar los cambios que hacen cada cierto tiempo, lo que ayuda a que se produzcan enfrentamientos con otros bots que hacen exactamente lo mismo y se corrigen entre sí cuando encuentran que su última edición ha vuelto a ser modificada. En los cambios que hacen las personas no se dan este tipo de conflictos porque los usuarios de Wikipedia rara vez vuelven a comprobar si los datos que corrigieron están actualizados.

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Una de las curiosidades que muestra el estudio es que el número de ediciones depende de en qué idioma esté escrito el texto. Los escritos en alemán son los que menos modificaciones sufren, con una media de 24 por entrada. En el lado contrario se encuentran los artículos en portugués, que acumulan hasta 185 reversiones por artículo. Según los expertos, una de las posibles soluciones a estas batallas interminables es que Wikipedia permita el uso de bots cooperativos que puedan gestionar los desacuerdos y permitan que las tareas se puedan cumplir de manera eficiente.

El estudio demuestra que los bots pueden trabajar de formas totalmente impredecibles. "El mundo online se ha convertido en un ecosistema de robots y, sin embargo, nuestro conocimiento sobre cómo interactúan estos agentes automatizados es muy pobre", reconoce Taha Yasseri, una de las responsables de la investigación. 

Yasseri habla de todo un ecosistema y no exagera: un estudio de 2009 estimó que ese año los bots generaron el 24% de todos los tuits que se publicaron; una compañía de análisis de audiencias encontró que el 54% de los anuncios mostrados entre 2012 y 2013 fueron vistos por robots en lugar de por humanos; y, de acuerdo a una compañía de seguridad de la Red, los bots realizaron el 48,5% de las visitas a las páginas web de 2015. 

"La Red se ha convertido en un ecosistema de robots y, sin embargo, nuestro conocimiento sobre cómo interactúan es muy pobre" 

El número de incidencias provocadas por estos programas informáticos se ha incrementado de manera constante en los últimos años, lo que indica, según los investigadores, que sus creadores no están haciendo lo suficiente por mejorarlos o que no han sabido identificar los problemas que generan.  

Algunos conflictos, como los de Wikipedia, pueden considerarse inocuos. Otros son más problemáticos y virales, como el que sucedió en Twitter en marzo de este año, cuando Microsoft tuvo que retirar a uno de su bots por tuitear mensajes de contenido racista, sexista y xenófobo. Había sido programado para contestar preguntas y establecer conversaciones con los más jóvenes de la red y aprendió de ellos este comportamiento.

A pesar de los fallos y la falta de eficacia que demuestran en muchas ocasiones, los bots siguen siendo una opción muy útil en las tareas conversacionales. El ejemplo más claro es Siri, la asistente de Apple que resuelve las dudas del usuario a través de mensajes de voz. Pero también hay otros casos, como el diseñado por un estudiante de la Universidad de Stanford, que está programado para ayudar a las personas a recurrir las multas de aparcamiento. En un año ha conseguido anular 160.000 multas y ya funciona en Londres y Nueva York.

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