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Android Wear 2.0 se lanza a la caza del Apple Watch

Google renueva sus relojes de la mano de LG, con dos modelos más prácticos y estéticos

LG Watch Sport estrena Android Wear 2.0Vídeo: Juan Pablo Rojas - Platzi

Más bonitos, más duraderos y más prácticos. Esas son las grandes virtudes de la nueva hornada de relojes por los que ha apostado Google. El gigante de Mountain View se ha aliado con LG para dar un impulso a sus complementos inteligentes. Este viernes salen a la venta, solo en Estados Unidos, dos nuevos modelos, que quieren competir con el Apple Watch donde más le duele, en compatibilidad y facilidad de uso.

LG Watch Sport y Style, dos apuestas diferentes para llegar a un público más amplio. El primero, que se venderá por 349 dólares, cuenta con chip NFC, pensado para poder usar Android Pay, y conexión LTE a Internet. Se puede usar con chip, lo que permite ser más independiente, para poder salir a correr sin usar el móvil o contestar llamadas y mensajes. Sport cuenta con una correa fija y es resistente a lluvia, polvo y golpes. Es más robusto y quizá menos discreto. Recuerda a los que usan los entusiastas del atletismo, pero parece un reloj tradicional.

LG Watch Style es contrario: fino, pulido y ligero. No es tan resistente y prescinde del chip y botón de pago, pero sus correas se pueden cambiar, por las que ofrece Google en su tienda, o por otras de casi cualquier lugar. El sistema es como el de un reloj tradicional. Aunque no lo parezca, también es resistente a polvo y agua.

En ambos casos, las opciones para personalizar la pantalla son muchísimas. Desde el color de las agujas a la cantidad de información que se quiere ver en las complicaciones, como se llama a cada una de sus pantallas iniciales.

LG Watch Style.
LG Watch Style.Juan Pablo Rojas - Platzi

Android Wear 2.0, el sistema operativo que estrenan, mantiene la visión clásica de que los relojes tienen pantalla esférica. Todas las aplicaciones se adaptan a este formato, pero se ha ganado en usabilidad al añadir la corona lateral. Sirve para pasar de una aplicación a otra, escoger idiomas, localización o cualquier opción de un menú.

Se puede aprender a usarlo y conectarlo al móvil en cuestión de minutos. Solo hay que bajar unas aplicaciones y hacer que se comuniquen por primera vez. A partir de ahí solo resta aprender unos gestos sencillos y descargar aplicaciones. La novedad es que han creado una tienda de acceso directo para instalarlas y que las más modernas se instalen solo en el reloj si así se desea.

Google fue pionera en este terreno, cuando sacó junto a Motorola el 360. Desde entonces han pasado tres años y las necesidades son muy distintas. También la competencia. Apple tiene una segunda generación más resistente, con mejor pantalla y algo más independiente. Según el último informe de Canalys, Apple se hizo con el 80% de los ingresos en relojes inteligentes en el último trimestre de 2016. Un total de 2.600 millones de dólares en todo el mundo.

En Google no se asustan por ello. Saben que sucedió igual cuando salió el iPhone o con el iPad y las tabletas. Aunque Apple juega con un margen mayor, casi siempre termina por crear nuevas categorías de producto de las que pierde el dominio. La visión de los de Mountain View es crear dos relojes que sirvan de modelo para que el resto de fabricantes los usen como patrón y creen a partir de ellos.

Uno de los aciertos es que compatible tanto con Android como con iPhone. En este segundo caso no se ofrecen todas las opciones, la experiencia es más limitada pero cumple con lo básico.

Tras una semana de uso, las sensaciones son positivas. Se ha mejorado la experiencia en general. Las notificaciones son más claras, menos insistentes. El asistente, el mismo que tienen en su móvil Pixel, contesta las preguntas con acierto y mantiene una conversación con relativa naturalidad. Eso sí, el humano habla al reloj y este responde por escrito. Cuesta acostumbrarse a ello pero es práctico.

El binomio salud y deporte es otro de los aspectos que se han cuidado de manera especial. En Sports se acentúa esta apuesta. La aplicación Fit, que viene de serie, no solo toma el pulso, lo almacena y analiza, sino que hace seguimiento de la actividad física. Gracias a los sensores de movimiento es capaz de adivinar si se ha salido a andar en bicicleta o se han levantado pesas, también si se ha ido una sesión de spinning o se han quemado los excesos de la Navidad en la elíptica. Después lo almacena. Con el paso de los días, mejora el seguimiento y ofrece estadísticas más completas.

Entre las asignaturas pendientes sigue la forma de cargar. Contar con una clavija o una peana universal, como se ha conseguido en el móvil, no se cumple en el reloj. Se da la paradoja de que ambos modelos son de LG y cada uno tiene una forma distinta de cargar la batería. En cualquier caso, superan el reto de estar todo un día detrás del enchufe.

Android Wear 2.0, el sistema operativo que estrenan estos modelos, llegará a los modelos que sacaron en la última temporada Fossil, Casio o Michael Kors. Puede que su hardware no sea tan potente como los recién presentados, pero Google pretende dar un uso prolongado y cuidar a los clientes que han apostado por su plataforma.

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