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¿Qué hará Microsoft con Skype?

Los analistas discrepan sobre si sabrá proponer servicios que justifiquen el precio pagado

Cuando eBay anunció la compra de Skype destacó que el objetivo era integrarlo en su tienda en línea para favorecer los intercambios entre los clientes. No sacó el provecho anunciado y lo vendió. Ahora, la principal pregunta de los expertos ante la compra de Skype por Microsoft es si los planes de la compañía de Bill Gates son verosímiles. Nadie duda de que Microsoft ha pagado un enorme sobreprecio. El debate es si sabrá qué hacer con la adquisición y justificará la inversión. ¿Ha comprado tecnología, clientes o las dos cosas?

De entrada, la compra no supone un problema financiero para Microsoft. La compañía tiene 49 mil millones de dólares en caja y el 80% de este dinero está en los balances internacionales de la empresa, fuera de Estados Unidos. Dado que Skype es una empresa europea, Microsoft acudirá a este dinero de ultramar para realizar el pago y evitar la fiscalidad de Estados Unidos.

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Algunos analistas apuestan porque Microsoft usará Skype para potenciar sus ofertas en el sector del gran consumo más que en el área empresarial. Skype con unos 150 millones de usuarios activos ofrece una plataforma ideal para ello. De hecho, en el correo en el que el patrón de Microsoft comunicaba la compra a sus empleados, los dos primeros productos que, aseguraba, se iban a beneficiar de la adquisición eran la consola Xbox (vídeoconferencias desde el comedor a través de la televisión) y el sistema operativo para móviles Windows Phone. Luego venía una cita para el sistema de comunicaciones corporativas unificadas Lync y el programa de correo Outlook. De hecho, Skype tiene su propia fórmula para las comunicaciones empresariales con Skype Connect.

En los comentarios aparece episódicamente la mención a una segunda burbuja en Internet. Si se piensa que Microsoft ha pagado 5.920 millones de euros por una empresa que eBay vendió por 1.300 hace algo más de 18 meses, Microsoft "tiene un alto muro para escalar y demostrar a los inversores que Skype es una pieza clave para la estrategia en línea y móvil de la empresa".

Otros ponen el punto de mira en Google y no descartan que Microsoft se una a Facebook, de la que es accionista minoritario, para proponer Skype en la red social en una alianza contra Google. En cualquier caso, la oferta nativa de Skype en Windows Phone dará un atractivo que necesita este sistema operativo para móviles frente a una competencia que le sobrepasa y que ya tiene sus propias alternativas en el terreno de las comunicaciones.

En los análisis de primera hora tras la compra, no se considera que Google estuviera realmente interesado en comprar Skype. La tecnología P2P de Skype no atrae a la empresa del buscador, comprometida en la propuesta de una conexión a través de la nube de Internet. En el caso de haberla comprado, Google debería reescribir toda la plataforma tecnológica de Skype.

No faltan, en la enorme literatura que ha desatado la compra, los escépticos radicales. Es el caso de Cris O'Brien. Skype, dice, es ya ampliamente accesible por lo que es difícil aventurar cómo puede ayudar a vender más licencias de Office o Windows. No duda que el mercado de las vídeollamadas crecerá pero no está tan seguro que la publicidad de acompañamiento lo haga en igual medida. Por otra parte, las operadoras ven con clara antipatía a Skype, que utiliza sus accesos a Internet para ofrecer llamadas gratuitas o mucho más baratas, lo que no favorecerá la complicidad de las mismas con Microsoft a la hora de promocionar los móviles equipados con Windows y Skype. Y O'Brien sostiene sus dudas a pesar del entusiasmo que demuestran otros, como Ben Horowitz que ve a Microsoft jugando un fuerte papel en el planeta de los móviles y en el mercado de la comunicación audiovisual a través de Internet.

Por otra parte, Google habría desechado en 2009 la compra de Skype. Según se cuenta en el libro In The Pex, el entonces consejero delegado de la compañía, Eric Schmidt acariciaba la idea. Pero el responsable de Google Voice urdió una reunión para cortar los planes de compra. En la misma, y en presencia de Schmidt, el fundador de la compañía, Sergey Brin, ya previamente convencido por Chan, atacó los argumentos que éste exponía para defender la compra y el tema se cerró allí mismo. Los argumentos de Bin fueron que Google tenía equipo para ofrecer sus propias herramientas y millones de clientes en Gmail ¿para qué cometer esta tontería?. Una de las objeciones es que Skype se basa en P2P, una técnica que no utiliza Google.

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