ZTE quiere ser el tercero del mundo
Sus nuevos móviles llegan con android y procesadores Qualcomm y Nvidia
ZTE no tiene bastante. Es el cuarto fabricante mundial de móviles, pero quiere ser el tercero. Como prueba, durante la primera jornada del Mobile World Congress de Barcelona su sala de conferencias ha estado repleta de periodistas y, sorprendentemente, los chinos en minoría. El fenómeno de los móviles chinos no es solamente local, eso son tópicos. El 60% de sus ventas son allende sus fronteras, y aspiran a mucho más.
He Shiyou, jefe mundial del producto, se ha encargado de cantar los éxitos conseguidos en el pasado y los objetivos del futuro. Un crecimiento doble a la media de la industria, 5o% en terminales, 400% en los smartphones y en total cuarto fabricante mundial de móviles.De aquí a 2015 quiere doblar su presencia en Estados Unidos y triplicarla en Europa, con subidas del 40% cada año hasta 2015. Para lograr esos objetivos, ZTE juega a todo. Tiene más de 80 aparatos, entre tabletas, móviles baratos, medianos y caros. Juega con algún móvil Windows, pero la mayoría son Android y con procesadores Nvidia o Qualcomm. Nada como ver a los fabricantes de los móviles para comprender quiénes son los perdedores de esta guerra sin cuartel. Microsoft e Intel. La exitosa coalición Wintel en los ordenadores pinta poco en este mundo. Están totalmente fuera de juego y les va a resultar muy difícil coger el caballo en plena carrera.
De precios no quisieron hablar, pero no hay duda de que serán bastante más baratos que la competencia. El móvil de más alta gama es el Era con procesador de cuatro núcleos a una velocidad de 1,3 Ghz, sistema Android de última generación, pantalla de 4,3 pulgadas, y 7,8 milímetros de anchura. Sus tabletas también llevan procesadores de cuatro núcleos, tanto en las pantallas de siete como de diez pulgadas. De todos ellos solo el modelo Orbit lleva sistema Windows, pero es una gama inferior, con pantalla de cuatro pulgadas y procesador de un giga de velocidad. Para ZTE no hay público malo, quiere a todo y no hay más que mirarles a los ojos para saber que lo van conseguir. Al precio que sea.
