_
_
_
_
_

Yo robot

Mientras la sociedad se automatiza, pequeñas máquinas de aspecto humanoide aparecen como esclavos digitales dirigidos al entorno doméstico y educativo

El modelo Nao Next Gen, diseñado por Aldebaran Robotics.
El modelo Nao Next Gen, diseñado por Aldebaran Robotics.

“La moral del trabajo es la moral de los esclavos y el mundo moderno no tiene necesidad de esclavitud”, escribió Bertrand Russell en Elogio de la ociosidad (1932), preconizando un nuevo modelo social en el que trabajasen las máquinas y el ser humano se dedicase a cultivar las artes. “Sin la clase ociosa, la humanidad nunca habría salido de la barbarie”, decía. Y aunque casi un siglo más tarde la humanidad continúa esclava de sus propias tareas, los robots ya son los jefes de muchas fábricas y la automatización por software se ocupa de tareas sorprendentes como la aviación comercial, en la que el piloto ha sido relegado a un papel de mero supervisor informático.

Es cierto que todavía no han llegado a nosotros robots como aquellos cíborgs sometidos al capricho humano que imaginó Philip K. Dick en Blade Runner, o los mayordomos autómatas de El dormilón (Woody Allen), pero la distopía es hoy mismo: la robótica doméstica se expande con pequeños humanoides que realizan tareas menores, reconocen caras, bailan y hablan en diferentes idiomas. ¿Bienvenidos?

Nao Next Gen: un cuidador de plástico

Provisto de cámaras, sistemas anticolisión y sensores, y capaz de crear vínculos, este robot creado por la multinacional francesa Aldebaran Robotics está concebido para interactuar y expresar emociones sencillas. Un vigilante doméstico de casi 60 centímetros, totalmente autónomo y programado en software libre que se mueve con gracilidad, baila coreografías o cuenta historias. Pretende llegar a ser un educador robótico para niños. 12.000 €.

Aiko Chihara: la chica cíborg

El androide que Toshiba presentó en octubre en la exposición Ceatec Japan 2014 es quizá el más realista creado hasta la fecha. Parece una hermosa mujer oriental de delicada timidez: su sensibilidad se percibe en el ligero pestañeo de sus ojos, en su cabello o en su leve sonrisa continua. Solo en su rostro han empleado 15 motores diferentes. Tal vez por eso resulta un robot casi entrañable. Hitoshi Tokuda, uno de sus creadores, espera “que sea un amigo que dé conversación a personas de edad avanzada”.

Robi: un robot coleccionable

El creador de robots Tomohaka Takahashi ha diseñado a Robi, dotado de modestas capacidades motoras y de lenguaje, y la editorial DeAgostini lo ha lanzado en forma de coleccionable en países como Japón, Francia o Italia. Mide 34 centímetros, pesa un kilo y se construye en 70 entregas. Reconoce el habla, interactúa con los humanos, baila y transmite estados emocionales. El precio, una vez pagados todos los fascículos, supera los 1.000 €.

Asimo: el humanoide perfecto

Creado por Honda y bautizado Asimo en homenaje al autor de ciencia-ficción Isaac Asimov, toma sus propias decisiones y su comportamiento varía según el entorno. De tamaño medio –1,30 metros, aproximadamente–, aspira a servir como asistente de personas con movilidad reducida. También ha demostrado su habilidad abriendo botellas con tapones de rosca, dirigiendo una orquesta sinfónica o jugando al fútbol.

Poppy: hazlo tú mismo

Este proyecto desarrollado en el instituto de investigación francés Inria conecta a cualquier usuario con la robótica, ya que permite montar un pequeño humanoide en tres dimensiones. Basado en software libre, Poppy nace para la educación y el descubrimiento a cambio de 8.000 €.

Baxter: la (otra) revolución industrial

Más que un humanoide, es una poderosa máquina de más de 1,80 de estatura dotada de unos robustos brazos mecánicos. Sin embargo, una pantalla en la que se reflejan emotivas expresiones faciales la hacen más amable. Gracias a un sónar detecta a las personas, desconectándose si advierte peligro. Nace para acompañar a los humanos en tareas mecánicas duras y prometen que se “entrena” en pocos minutos.

Aibo N7: ladridos digitales

Cuando Sony mostró al mundo la primera mascota digital con funciones sensoriales avanzadas, la cordura global dio un vuelco. Ahora, el gigante japonés ha actualizado su criatura hasta la más sorprendente de las perfecciones: reconoce voces, juega y parece sentir como “los de verdad”. Además, su psicología es totalmente programable a través de un PC. 2.099 €.

La opinión de la experta

Dolors Reig, psicóloga especialista en TIC

La naturaleza humana
"Somos, desde el principio, cíborgs que intentan mejorar el mundo en el que viven mediante tecnologías. Siempre digo que el gran invento, lo rompedor, es la invención de las gafas. Que ahora puedan conectar con la nube y aportarnos más datos sobre la realidad es solo una sofisticación de lo elemental".

Tendencias
"Los pequeños robots tratan de mejorar cosas como el aprendizaje o aliviar tareas mecánicas que tampoco nos aportan tanto como para tener miedo a perderlas. La robótica debería avanzar hacia la cobertura de las necesidades básicas del ser humano, que no cambian".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_