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Todo ‘Juego de Tronos’, descargado en un segundo

Un experimento británico logra un récord en la transmisión de datos con un único receptor: 1,125 terabits por segundo

José Manuel Abad Liñán
Un puesto de conexión de una red de fibra óptica.
Un puesto de conexión de una red de fibra óptica.S. D. (BLOOMBERG)

Estar más conectado, y más rápido, es lo que demanda cualquier dispositivo en los tiempos del Internet de las cosas. Para 2020 habrá en el mundo más de 20.000 millones de dispositivos con acceso a Internet: una demanda de transmisión de datos enorme que exige buscar soluciones a la posible saturación de las redes de fibra óptica.

Ahora, unos investigadores del University College de Londres han logrado en condiciones de laboratorio una tasa de 1,125 terabits por segundo. El experimento forma parte de un proyecto de la universidad inglesa que, precisamente, busca encontrar dónde están los límites máximos de capacidad de transmisión óptica.

La oferta comercial más puntera actual ofrece velocidades sensiblemente menores, en el entorno de los 100 gigabits por segundo. "Si comparamos con la conexión de banda ancha que en Reino Unido definen como superrápida, esta nuestra es 50.000 veces más veloz. Por poner un ejemplo, la velocidad que hemos alcanzado nos permitiría descargar toda la serie Juego de Tronos en un segundo", ha comentado Robert Maher, líder del experimento, que aparece publicado en la revista Scientific Reports.

Si comparamos con la conexión de banda ancha que en Reino Unido definen como superrápida, esta nuestra es 50.000 veces más veloz

El equipo ha aplicado técnicas para codificar la información que resultan habituales en las comunicaciones inalámbricas (como la codificación de canal) y las ha aplicado a la fibra óptica. Este medio de transmisión se consideraba ilimitado, pero el auge de la demanda de Internet ha hecho cambiar la visión de los investigadores: "Cuando comenzó la tecnología de la fibra óptica muchos pensaron que su capacidad era inagotable, que no tenía techo, pero con la demanda cada vez mayor de transmisión de datos, ha sido necesario buscar soluciones que hagan la transmisión más eficiente", comenta Álex Alvarado, investigador asociado sénior del proyecto.

"Hemos usado también conceptos de teoría de la información, una teoría creada a mediado del siglo XX por el ingeniero electrónico y matemático estadounidense Claude E. Shannon", ha añadido Alvarado, que destaca el hecho de que el sistema creado se sirva de un único receptor y quince canales de transmisión, agrupados en un único supercanal.

La demanda prevista del Internet de las cosas puede dar mucho juego a las posibilidades de estos supercanales: "Son cada vez más importantes en los sistemas de comunicación óptica para transmitir enormes flujos de datos entre las grandes ciudades, países o incluso continentes distintos", ha destacado Maher. Esta técnica, sin embargo, implica un trabajo muy fino para modular la señal que emite cada uno de los canales que conforman ese supercanal. Es lo que han conseguido ahora para alcanzar una velocidad tan vertiginosa.

En el caso de este experimento, los investigadores conectaron directamente el transmisor al receptor a corta distancia: el emisor y el receptor estaban separados por un cable de fibra de aproximadamente 20 metros.

Ahora, su idea es comprobar la idea haciendo que los datos corran a lo largo de miles de kilómetros de cables de fibra óptica: "Actualmente estamos testando estos resultados en condiciones más reales, transmitiendo datos a miles de kilómetros de distancia. Aunque aún no sabemos cuan lejos podemos enviar esta información, lo que sí sabemos es que, en ningún caso, nuestros resultados podrán superar los 1,125 terabits por segundos que hemos alcanzado. Es como un techo teórico", ha explicado Alvarado.

El experimento forma parte del proyecto UNLOC, dotado de cinco millones de libras que aporta el Engineering and Physical Sciences Research Council (EPSR) de Reino Unido.

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Sobre la firma

José Manuel Abad Liñán
Es redactor de la sección de España de EL PAÍS. Antes formó parte del Equipo de Datos y de la sección de Ciencia y Tecnología. Estudió periodismo en las universidades de Sevilla y Roskilde (Dinamarca), periodismo científico en el CSIC y humanidades en la Universidad Lumière Lyon-2 (Francia).

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