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Sony A6300: una cámara para popularizar el cine en 4K

Esta cámara esgrime como principales argumentos frente a cámaras de precio similar su sistema de enfoque y la grabación de vídeo 4K.

Sony es la empresa que más esfuerzos dedica a intentar convencernos de que, en el mundo de la fotografía, las cámaras réflex son cosa del pasado. Hasta ahora su principal argumento para lograrlo han sido las cámaras de la gama A7, unas máquinas que han acercado a muchos una característica hasta hace poco propia de la fotografía profesional: el sensor de fotograma completo.

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Tamaño y peso: 4,9 x 12 x 6,7 cm y 363 gramos de peso.


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Curiosamente no es con una cámara A7 con la que la empresa japonesa ha intentado zanjar uno de los problemas que suele acechar a las cámaras sin espejo: la velocidad y precisión del enfoque. Es un terreno en el que las réflex siguen marcando distancias, como tuvimos ocasión de comprobar al analizar la Canon EOS-1D X Mark II. Sony intenta mejorar ese aspecto con una cámara destinada a fotógrafos aficionados exigentes: la A6300.

Lo mejor y lo peor

Lo mejor:

- La velocidad de disparo.

- La precisión del enfoque continuo.

- La grabación de vídeo 4K.

Lo peor:

- No viene con cargador de serie.

- La ráfaga es muy limitada.

- No cuenta con estabilizador en el cuerpo.

Esta cámara, cuyo precio oficial es de 1.250 euros sin objetivo y de 1.400 si añadimos el modesto zoom 16-50mm, esgrime como principales argumentos frente a cámaras de precio similar su sistema de enfoque y la grabación de vídeo 4K. De hecho, es una de las cámaras de objetivos intercambiables más económicas capaz de grabar vídeo con esa resolución.

Incluso cuenta con algunas funciones profesionales para los que quieran usarla como videocámara: un flujo de datos de hasta 100 Mbp, unas diez veces más que los móviles que graban vídeo 4K; grabación en Full HD en cámara lenta a 120 fps: y una gran flexibilidad a la hora de modificar las imágenes en el montaje gracias a la tecnología S-Log3. También cuenta con entrada para usar un micrófono externo.

Dotada de un sensor APS-C de 24,2 megapíxeles y compatible con objetivos de la montura E del fabricante, la cámara tiene unas dimensiones verdaderamente contenidas y es muy ligera, pues pesa poco más de 400 gramos con batería, aunque el objetivo que utilicemos será clave para mantener las dimensiones del conjunto con un tamaño contenido. El cuerpo se siente robusto, de hecho está construido con una aleación de magnesio, aunque la resistencia al agua no está entre sus características. Eso sí, aguanta los ambientes húmedos y el polvo.

Ficha técnica

Sensor de imagen: APS-C. 24.2 megapíxeles.

Sensibilidad: 100 hasta 51.200 ISO.

Disparo en ráfaga: 11 fps con enfoque continuo.

Sistema de enfoque: 425 puntos por detección de fase.

Almacenamiento: Una ranura para tarjetas SD

Vídeo: 4K 30 fps, Full HD hasta 120 fps.

Dimensiones y peso: 120 x 66,9 x 48,8 mm. Pesa 404 gramos con batería.

La principal pega que le podemos sacar a su diseño es que se echa en falta otro dial de control adicional en la parte superior, algo que hubiese facilitado el operar en manual con una única mano. Tampoco nos parece buena idea la posición del botón de grabación de vídeo, que se encuentra un tanto oculto en la zona de la empuñadura.

En cualquier caso, con un poco de práctica se pueden ajustar manualmente los parámetros del disparo sin dejar de mirar por el visor. También es posible programar nueve de los botones con 64 funciones, lo que le otorga unas posibilidades de personalización bastante amplias. Algo importante para una máquina pensada para reaccionar rápidamente en escenas de acción.

Su visor electrónico de más de dos millones de píxeles de resolución nos ha convencido bastante. También la pantalla de tres pulgadas con una resolución de 921.600 píxeles. Esta puede ajustarse moviéndola con un ángulo de 90 grados hacia arriba y 45 grados hacia abajo. Es algo muy útil para poder hacer fotos y grabar vídeo con puntos de vista poco comunes, aunque se echa en falta que la pantalla sea táctil, algo que hubiese resultado interesante a la hora de controlar el enfoque grabando vídeo.

En lo que respecta a la calidad de imagen a la hora de hacer fotos no hay nada que objetar disparando hasta 6.400 ISO o en algunas circunstancias hasta 12.800 ISO. Sobre todo si disparamos en RAW. Si hacemos las fotos en Jpeg a partir de 3.200 ISO se deja ver demasiado ruido cromático en la imagen, sobre todo si hacemos fotos con poca luz. Esto no habla especialmente bien del procesador de imagen BIONZ de la cámara, aunque siempre cabe recurrir a los archivos RAW para evitar ese problema. En este álbum de Flickr pueden verse las fotos que hemos realizado con la cámara desde 100 hasta 51.200 ISO, la sensibilidad máxima que admite.

La competencia

- Sony A7

- Lumix GX80.

- Fuji X-Pro 2

- Olumpus OM-D E-M1

También nos ha convencido el rango dinámico del sensor, la capacidad para captar detalles en áreas muy iluminadas y muy oscuras. La cámara de hecho, incluso cuenta con un modo de disparo en el que se puede optimizar el nivel de detalle en escenas de alto contraste. Damos fe de que su funcionamiento es óptimo.

En lo que respecta a la velocidad del enfoque, la cámara desde luego sorprende gratamente. Incluso con poca luz se defiende bien logrando enfocar automáticamente gracias a sus 425 puntos de enfoque por detección de fase que cubren toda el área de la imagen. También resulta estupenda la precisión con la que la cámara es capaz de seguir a un objeto en movimiento, incluso disparando en ráfaga.

Sin embargo, precisamente es en el disparo en ráfaga en el que la cámara revela que no es un modelo profesional. Aunque puede disparar un máximo de 11 fotos por segundo con enfoque continuo, una cifra bastante respetable, el número máximo de imágenes que puede captar a esa velocidad es de sólo 21 para bajar después notablemente el ritmo. Si disparamos en Jpeg llega a las 44 fotos con enfoque continuo.

En la prueba, a pesar de utilizar una tarjeta SD UHS-I de clase 3, hemos comprobado que la cámara se toma su tiempo hasta que podemos revisar las imágenes que hemos disparo, algo que nos parece impropio de una cámara que precisamente promete velocidades de vértigo en fotos de acción.

Fijándonos en la grabación de vídeo la cámara logra unos resultados excelentes tanto en 4K como en Full HD. Además, no faltan las opciones de configuración en este modo, es posible usar controles manuales completos al grabar y los archivos de vídeo pueden alterarse fácilmente en la edición para ganar detalle. Sin embargo, resulta desconcertante para una máquina que algunos pueden querer usar como videocámara profesional que no cuente con una conexión de auriculares. Algo que dificulta monitorizar el sonido durante la grabación.

También es un serio problema la autonomía de la batería. Aunque cuesta hacer un cálculo preciso de su duración, hemos podido comprobar que no es capaz de aguantar un día completo grabando vídeo moderadamente y haciendo fotos con frecuencia. Pero lo peor de todo es que Sony no suministra un cargador de batería para la cámara, pues vende por separado ese accesorio con una batería adicional a un precio de 80 euros.

Notas y veredicto

Calidad-precio: ****

Diseño: ***

Innovación: ****

Manejo: ***

Extras: *

Veredicto:

  • Rotundamente bueno
  • Recomendable
  • Neutro
  • Más bien negativo
  • Muy negativo

Esto nos parece un grave error por parte de la empresa, pues disponer tanto del cargador como de la segunda batería es prácticamente obligatorio. Lo que proyecta una imagen muy negativa, pues no se trata de una cámara precisamente barata como para que el fabricante no se digne a entregar algo tan básico. Si prescindimos del cargador nos vemos obligados a cargar la batería dentro de la propia cámara conectándola mediante el puerto USB. En nuestro caso hemos usado un cargador para teléfonos móviles de Sony y el proceso de carga ha sido extraordinariamente lento.

También hubiese sido positivo que la Sony A6300 contase con estabilización en el cuerpo de la cámara, como las máquinas de la gama A7. Una función que está disponible en competidoras directas de esta máquina, como las Olympus OM-D, y que resulta muy útil de cara a utilizar objetivos antiguos con un adaptador. En la prueba que hemos realizado hemos utilizado el objetivo Zeiss Vario-Tessar T* E 16–70 mm f/4 ZA OSS, una lente que logra exprimir el sensor de 24 megapíxeles gracias a su extraordinaria nitidez. Su precio es de 1.000 euros.

Esta Sony cuenta con argumentos interesantes, como la grabación de vídeo 4K y su sistema de enfoque, pero no es una cámara redonda. Los que no busquen una máquina con capacidad para grabar vídeo 4K ni disparar ráfagas veloces probablemente encontrarán más atractiva la Sony A7, cuyo precio es similar y cuenta con la ventaja de disponer de un sensor de fotograma completo. En el terreno de las EVIL tampoco hay que olvidar algunas de las máquinas OM-D de Olympus y algunas Fuji de precio similar.

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