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Arianna Huffington anuncia su salida de ‘The Huffington Post’

La fundadora de la cabecera, que revolucionó los medios digitales de EE UU, lanzará un proyecto sobre salud en otoño

Arianna Huffington en una foto de 2014.Foto: cnbc | Vídeo: DENIS BALIBOUSE

Arianna Huffington, fundadora hace 11 años de The Huffington Post y responsable de su éxito hasta convertirlo en uno de los mayores medios digitales de Estados Unidos, anunció este jueves que abandona la marca para centrarse en un nuevo proyecto. A sus 66 años, Huffington ha revelado que pensaba que esta era “su última parada”, pero sigue con ganas de emprender y en otoño lanzará Thrive, una web dedicada a la salud.

“Esperaba poder seguir liderando HuffPost mientras construía Thrive Global, pero cada vez veo más claro que era solo una ilusión”, afirma Huffington en comunicado. “Uno de los principios de Thrive es saber cuándo es el momento de empezar un nuevo capítulo y para mí ese momento ha llegado”.

The Huffington Post es la publicación imprescindible para entender el cambio que han atravesado los medios de comunicación en la última década. Este digital nació en 2005, cuando grandes publicaciones como The New York Times o The Washington Post contaban con una amplia trayectoria en la web, pero tardaron poco tiempo en preguntarse qué estaba haciendo bien Huffington para pisarles los talones en el número de visitas a sus páginas. Apenas seis años después de nacer era adquirido por el gigante AOL por un valor de 315 millones de dólares y a los pocos meses, en 2012, entraba en la lista de ganadores del Pulitzer.

La visionaria Huffington, veterana comentarista de televisión y autora de 13 libros, cree que “comunicar es el nuevo entretenimiento de la gente”, como declaró a EL PAÍS, y su publicación se basaba en un pilar básico: las ganas de compartir información. Miles de blogueros cedían su contenido a las páginas del Huffington Post para alcanzar una mayor audiencia mientras la publicación invertía en agregar noticias relevantes de otros medios estadounidenses.

La osadía no estuvo exenta de polémica, pero funcionó. Los titulares en mayúsculas, seña de identidad del HuffPost, irrumpieron particularmente en la escena política con la cobertura de la campaña electoral de 2008, la primera en la que Internet jugó un gran papel. Ahí el digital estaba mejor posicionado que ninguna otra cabecera y pudo competir con los grandes que, como retrató Jeff Jarvis en “¿Quién tiene miedo a Arianna Huffington?”, criticaban su estrategia como agregador mientras se preguntaban por qué acumulaba tanto éxito.

En 2011, semanas después de que fuera adquirido por AOL, The Huffington Post se enfrentó a una demanda colectiva de varios de los columnistas que habían publicado contenido bajo su marca. Los demandantes exigían una compensación económica alegando que el digital se había lucrado con su material y que ellos no iban a ser remunerados en el proceso de venta. El juez, sin embargo, dio la razón al medio y tumbó la demanda.

Hoy The Huffington Post es una marca global, con ediciones en 14 países y suma más de 100 millones de usuarios solo en Estados Unidos. La versión española fue lanzada en 2012 en colaboración con EL PAÍS, donde Arianna Huffington es actualmente consejera. También formó parte del consejo de PRISA, grupo editor del diario.

En 2012, The Huffington Post se convirtió además en el segundo digital en lograr un premio Pulitzer gracias a la serie Más allá del campo de batalla, un reportaje sobre la reinserción de los veteranos de guerra en la sociedad estadounidense.

Sus cofundadores son figuras imprescindibles en el sistema de medios estadounidenses. Jonah Peretti dejó el proyecto de Huffington, uno de los primeros en explotar la viralidad de los contenidos en Internet, para crear BuzzFeed, la publicación que ha consolidado esta tendencia. Kenneth Lerer, por su parte, es uno de los inversores detrás de la nueva iniciativa de Huffington como lo ha sido antes de numerosas start-ups.

Huffington firmó un contrato en 2015 por el que seguiría liderando la cabecera cuatro años más, pero tenía la puerta abierta para crear su nuevo proyecto. Su situación era aún más incierta desde que Verizon adquiriera AOL, compañía a la que pertenece el Huffington Post, por 4.400 millones de dólares. Este jueves, Huffington puso fin a la incertidumbre al afirmar que “ha sido una decisión difícil pero también inevitable, dado mi compromiso para convertir Thrive en una compañía de impacto global”.

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