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Uruguay presume de ‘startups’

Se reivindican como potencia de software en Silicon Valley

Encuentro de emprendedores uruguayos en San Francisco.
Encuentro de emprendedores uruguayos en San Francisco.F. OLOARTE (Platzi)

Apenas tres millones de habitantes y una pasión por la tecnología fuera de lo habitual. En Uruguay quieren hacer de su limitación espacial una virtud. Saben que no pueden exportar bienes de consumo a gran escala, pero sí ofrecer servicios digitales a cualquier lugar del mundo. La tecnología más fácil de exportar y escalar se ha convertido en uno de sus motores.

No se conforman con ofrecer servicios a los países vecinos, sino que quieren competir en dos planos. Como fabricantes bajo demanda en la distancia, así como un lugar en el que se crean productos digitales de principio a fin.

Los viajes entre Montevideo, la capital, donde se concentran las empresas, y San Francisco, son cada vez más frecuentes. Aprovechan eventos de calado para darse a conocer. Su última acción conjunta fue el mes pasado, durante TechCrunch Disrupt, uno de los eventos más relevantes del año. Vienen también por separado pero contar con un pasillo completo para mostrar su potencial hizo que tanto inversores como clientes se fijasen en ellos. Ángel Bertolotti (Montevideo, 1966) es uno de los impulsores de este tipo de acciones. Ingeniero y MBA fue director de IBM en la región. Sabe que para estar en el mapa, aquí deben saber que existen.

Juan Pablo Olivera, fundador de Netlabs.
Juan Pablo Olivera, fundador de Netlabs.Fabián Oloarte-Platzi

Isabella Antonaccio (Montevideo, 1982) forma parte del equipo Uruguay XXI, una iniciativa de la Agencia de Exportación estatal para atraer inversores. “Hemos puesto el foco en Estados Unidos por muchos motivos, pero sobre todo, por la capacidad técnica de nuestros ingenieros. No somos India, pero podemos competir en calidad y valor agregado. Siempre subrayamos que somos uno de los lugares maś estables de América Latina, con excelente conectividad, buen nivel de inglés e infraestructura acorde”. En 2005 lanzaron el primer programa de emprendedores tecnológicos. Desde entonces, los viajes a California son una constante.

Los representantes, en su mayoría nacidos en los 80, se distinguen de los emprendedores de Silicon Valley en que, aunque aprecian la revolución que se vive a este lado del mundo, no pretenden quedarse a vivir. Su plan pasa por mantener la residencia en Uruguay. Así es el caso de December Labs, dedicada al desarrollo de aplicaciones para Android bajo demanda. Nacieron hace tres años y el 90% de sus clientes están en Estados Unidos. A medida que han ido creciendo han visto cómo se les piden los MVP, leído ‘emvipí’, o siglas de producto mínimo viable. Si gusta la propuesta y el mercado lo asume bien, ya deciden si les piden algo más completo o el cliente lo completa con recursos propios.

Juan Pablo Olivera (Montevideo, 1984) es gerente de operaciones en Netlabs, una empresa de servicios de seguridad. Reivindica la capacidad de su equipo de 20 personas como un colectivo tan capaz como el mejor de los expertos. “Nosotros apostamos por la colaboración entre disciplinas pero con un precio competitivo. Cobramos según demanda, según crecen. Ya tenemos clientes en San Francisco”, presume.

Gabriel López ha creado Kezmo, una alternativa a Slack.
Gabriel López ha creado Kezmo, una alternativa a Slack.Fabián Oloarte-Platzi

Omar Paganini, rector de la Universidad Católica, exdecano de Ingeniería, acompaña a la delegación. Ha cerrado una acuerdo con otro de los centros que impulsa Silicon Valley desde sus comienzos, la Universidad de Santa Clara. Además de los conocimientos técnicos, destaca otro factor menos palpable en un primer momento, la confianza mutua: “Somos un país pequeño, donde todos los del sector nos conocemos, pero a la vez, nos apoyamos y pensamos siempre en hacer negocio fuera”.

Los proyectos propuestos en este otoño son de diferente calado, pero uno llama especialmente la atención. Aspira a ser el Slack latino, una herramienta centrada en la coordinación de equipos y tareas pero con una perspectiva más sencilla. Lo han bautizado como Kezmo. Su fundador, Gabriel López, cree que el nicho de la productividad tiene aún mucho recorrido: “Hay mucha ebullición en el mundo de la gestión. Medir la efectividad de los equipos es clave”. En principio, piensa ofrecerlo a startups de entre cinco y diez empleados, aquellas que perciben que Slack tiene una carencia de gestión de contenido y no integra tareas.

Matías Colotuzzo es el fundador de Vexels.com, un archivo con más de 40.000 recursos para diseñadores. Suma más de un millón de visitantes únicos al mes. En total son 12 personas las que trabajan en este servicio que cobra solo si el uso que se hace del contenido es comercial.

Todavía son pocas las que cuentan con oficinas en Silicon Valley. Sienten que no lo necesitan, pero sí se plantean como meta tender un puente que genere una línea de negocio y empleo cualificado que permita florecer a la industria del software local.

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