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Columna
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¿Mujer o Ingeniero Informático?

Cuando volví a casa tras mi primer día de la universidad mi madre me preguntó: ¿qué tal te ha ido? Mi respuesta fue clara: "Mamá, soy la más guapa de la clase, de una clase de más de cien alumnos". Mi madre hizo las referencias clásicas a que no me hacía falta abuela; pero también le dije que, a la par, era la más fea de la clase. Y, aunque ahora sea una anécdota que cuento más de una vez, lo cierto es que lo más impactante para mí de aquel día fue el shock que me produjo ser la única chica en mi clase. Más adelante, con el paso de los años, me he acostumbrado a esa falta de mujeres en mi profesión, aunque no por eso me haya resignado a ello o haya conseguido entender el porqué.

Con el paso de los años, me he acostumbrado a esa falta de mujeres en mi profesión, aunque no por eso me haya resignado a ello o haya conseguido entender el porqué

Iniciativas en todo el mundo, como las redes MUIN (Mujeres en informática) a nivel nacional o CS4Women (Computer Science for Women) a nivel internacional, estudian las razones por las cuales las mujeres no tienen presencia en la Ingeniería Informática: parece claro que el problema radica en que las mujeres ni siquiera se plantean esta profesión como algo propio de su género. El sesgo social que produce esta masculinización de la profesión genera directamente problemas de discriminación y falta de equidad que dificultan el objetivo que todos debemos perseguir de crear sociedades igualitarias. Pero, al margen de todo esto, también nos afecta a nivel profesional: como se demuestra en las demandas de empleo y en los estudios de empleabilidad, se necesitan un gran número de profesionales en las TIC y el hecho de que, precisamente por la falta de mujeres que cursan estos estudios, se reduzca la oferta de empleo a la parte masculina de la población, hace que actualmente no se esté cubriendo la demanda.

Entonces, si las mujeres tienen capacidades y además la profesión ofrece buenas perspectivas y proyección laboral, ¿dónde está el problema? Personalmente creo que todo puede resumirse en que socialmente se ve como una profesión de frikis. Como ya nuestro compañero José Riquelme presentó en esta misma bitácora, la televisión, las series o incluso los dibujos animados tienen estigmatizado al “informático” como una persona de piel pálida, recluido en un sótano y con pocas capacidades sociales. Esa imagen resulta escasamente atractiva para la mayoría de los muchachos adolescentes con deseos de convertirse en ingenieros, y resulta completamente disuasoria para las chicas. Ese estereotipo friki, completamente asumido socialmente, hace que familias y profesorado así como los propios colegas, tengan una influencia negativa sobre las posibilidades de que un adolescente, de cualquier género, escoja esta carrera.

La Ingeniería Informática es mucho más que programar o meterse en un sótano a reventar sistemas de seguridad

La Ingeniería Informática es, sin embargo, mucho más que programar o meterse en un sótano a reventar sistemas de seguridad. La Ingeniería Informática abre un amplio abanico de opciones profesionales, como la ingeniería de requisitos o el desarrollo de interfaces centrados en el usuario que requieren que las personas que los construyen tengan grandes capacidades sociales, que sean capaces de mimetizarse y de colaborar en equipos multidisciplinares; o la dirección de proyectos informáticos que requieren habilidades de liderazgo y de gestión de personas, entre otros; u otras áreas como el análisis de grandes campos de datos (Big Data) que conllevan, además de un estudio teórico, un constante trabajo con el experto conociendo de cerca otras profesiones.

Prácticamente todos los sectores profesionales tienen a la Informática como base, con lo que el ingeniero o ingeniera en informática es el “puente” entre esos profesionales y la tecnología. La Ingeniería Informática exige aprender a hablar el vocabulario de los clientes y así podemos llegar a aprender Arqueología, Medicina, Arquitectura, etc. El desarrollo de cualquier nuevo proyecto nos abre puertas insospechadas y un continuo aprendizaje en el que la mujer puede desarrollarse tanto a nivel profesional como personal, sin tener que perder su feminidad y sin tener que elegir entre ser mujer o una friki rara. Puede potenciar sus capacidades sociales desarrollando una carrera que, además, en muchos casos resulta de las que más opciones abren para la conciliación de la vida personal y profesional, y para disfrutar de una de las profesiones más versátiles, enriquecedoras y con mayores perspectivas de futuro.

María José Escalona Cuaresma es profesora titular de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Sevilla

Crónicas del Intangible es un espacio de divulgación sobre las ciencias de la computación, coordinado por la sociedad académica SISTEDES (Sociedad de Ingeniería de Software y de Tecnologías de Desarrollo de Software). El intangible es la parte no material de los sistemas informáticos (es decir, el software), y aquí se relatan su historia y su devenir. Los autores son profesores de las universidades españolas, coordinados por Ricardo Peña Marí (catedrático de la Universidad Complutense de Madrid) y Macario Polo Usaola (profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha).

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