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Reportaje:

Vista al nuevo Windows

La compañía diseña la última versión de su 'software'integrando nuevas aplicaciones

El año que viene, por estas fechas, habrá un nuevo Windows en el mercado. Miles de personas trabajan ya en Vista, la última versión del popular sistema operativo de Microsoft que hace funcionar a nueve de cada diez ordenadores. Es aún pronto para saber si las empresas y usuarios domésticos actualizarán sus ordenadores. Pero lo que sí se sabe es que, en Vista, Microsoft intentará mejorar la organización de la información continuando con la política que le ha costado diez años de investigación antimonopolio: la integración de aplicaciones, entre ellas, el 'navegador' de Internet, el reproductor de música y un buscador y una aplicación para frenar el 'software' espía.

Los fabricantes de PC podrán elegir qué buscador aparecerá por defecto. Si el usuario compra Vista en una caja, será el de Microsoft
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En Canadá hay dos grandes montañas llamadas Whistler y Blackcomb y, entre ellas, existe un valle llamado Longhorn. Hace unos años, Microsoft tomó prestados los tres nombres para darle forma a la estrategia que iba a seguir respecto al programa de software más popular y ubicuo del mundo. La compañía quería crear dos grandes versiones de Windows y, entre ambas, una pequeña actualización con cambios menores. Whistler se convirtió finalmente en Windows XP pero, antes de que a Microsoft le diera tiempo a incubar a Longhorn, el año 2003 se cruzó en sus planes: cientos de virus informáticos (particularmente, el Blaster) y fallos en el sistema obligaron a la compañía a editar una actualización de Windows XP (Service Pack 2). Así que Longhorn pasó de valle a montaña, y cambió su nombre al de Windows Vista.

El programa estará en el mercado a finales del año que viene pero ya se conocen muchos detalles sobre cómo funcionará. El pasado julio se hacía pública la primera beta (versión preliminar) del programa, y también su objetivo: "Aportar claridad a tu mundo". Esta frase aparece ya impresa en los primeros carteles publicitarios de Windows Vista, que cuelgan de las paredes donde trabaja el equipo responsable de este producto en la sede de la compañía en Redmond (cerca de Seattle, EE UU). El nombre del producto, Vista, hace referencia también a ese intento de mejorar la claridad de clasificación y acceso a la información.

Greg Sullivan, responsable de producto en la división de Windows, explica que los usuarios de ordenadores se encuentran, a día de hoy, con tres grandes problemas: la seguridad de sus sistemas (que, en el caso de las empresas, se traduce en enormes costes adicionales para protegerlos), la sobrecarga de información (se guardan cientos de documentos, hojas de cálculo, correos electrónicos, fotos o vídeos que luego nadie sabe cómo localizar) y la proliferación de dispositivos que deben sincronizarse y colaborar (en fin, hablar entre ellos).

Vista, explica Sullivan, intenta hacerse cargo de los tres problemas. "Hemos enfocado nuestras energías a intentar que el software sea fiable, conectado y claro". Pero, ¿qué novedades concretas aportará el nuevo Windows? En el campo de la seguridad, la compañía ha decidido convertir al propietario del ordenador en administrador, es decir, dotarle de más capacidad para decidir qué aplicaciones se pueden o no instalar. También se incluye una aplicación para frenar el spyware (un tipo de software malicioso que se instala en el PC y espía las actividades del usuario).

En cuanto a la conexión, Vista mejora la comunicación entre los distintos dispositivos y simplifica los permisos necesarios para compartir archivos entre distintos usuarios.

El objetivo de claridad es el que más novedades aparentes aporta para los usuarios acostumbrados a manejar ordenadores con Windows. "Hasta ahora, para encontrar información teníamos que fiarnos de nuestra cabeza, no del PC", resume Sullivan. En Vista, la compañía ha modificado la visualización de la barra de inicio con iconos que identifican rápidamente las aplicaciones, en un estilo gráfico muy similar al que ya utilizan los Macintosh de Apple. Las carpetas en las que se encuentran los documentos son transparentes (véase foto en esta página) para que se pueda ver lo que hay en su interior. Las búsquedas se realizarán en todo el ordenador, independientemente de dónde esté lo que se busca. Y los que usen las teclas Alt+tabulador para pasar de una aplicación a otra podrán ver una representación real de cada una de ellas. Esta mejoría en la representación gráfica se debe a que, por primera vez, Windows utilizará el procesador gráfico del ordenador.

El nuevo Windows, en fin, intentará ser más seguro, fiable, simple y claro. E intentará conseguirlo según la manera en que Microsoft entiende que debe hacerlo: el sistema operativo debe integrar una serie de aplicaciones que trabajan entre sí, independientemente de que haya otros fabricantes vendiendo esas aplicaciones. Vista incluirá la versión 7 de Internet Explorer y la 11 del reproductor MediaPlayer. La integración del primer producto en Windows le costó a Microsoft diez años de investigación antimonopolio en Estados Unidos. La del segundo le está costando el acoso de la Comisión Europea, que acaba de amenazar a la empresa con una multa de dos millones de euros al día. Vista incluirá, además, un buscador. Sullivan explica que, para quienes compren Vista en una caja, el buscador por defecto será el de Microsoft, MSN Search. Los fabricantes de ordenadores, sin embargo, podrán elegir, así que, posiblemente, el espacio se venderá al mejor postor entre Google, Yahoo, AskJeeves o la propia Microsoft

Precios y versiones

El precio de Vista aún no está definido pero Sullivan asegura que no habrá "cambios dramáticos" respecto a las últimas versiones de Windows. No tiene por qué haberlos. Hace tiempo que Microsoft amortizó los costes de su sistema operativo que es, de lejos, el producto más rentable que tiene: la división que lo engloba facturó unos 24.400 millones de dólares el pasado año fiscal (que termina el 30 de junio), más de la mitad de las ventas totales de la compañía, y ganó 13.100 millones. En el primer trimestre de este año, e incluso aunque estamos en el ciclo final de vida de XP, Windows facturó 3.191 millones y ganó 2.576.

Tampoco está decidido cuántas versiones de Vista se venderán. Windows XP tuvo seis y Sullivan aclara que ninguno de sus usuarios se quedarán sin actualización. Éste es, en todo caso, el quid de la cuestión. ¿Se actualizarán?

El mercado doméstico es una incógnita porque depende, en buena parte, de la situación económica y el cambio de ordenador. El negocio empresarial es otra cuestión. Aunque la compañía no da cifras, sí reconoce que gran parte de las compañías sigue utilizando Windows 2000, ya que XP salió sólo 18 meses después y la mayor parte de las empresas lo reconocía simplemente como un producto doméstico para el tratamiento de audio y vídeo. Microsoft espera que las empresas sí se actualicen a Vista, ya que habrán pasado seis años desde el lanzamiento de Windows 2000 y la mejora de "seguridad y claridad es muy potente", dice Sullivan.

Imagen de la organización de carpetas en el nuevo Windows Vista.
Imagen de la organización de carpetas en el nuevo Windows Vista.

El precio de los pactos antimonopolio: 5.655 millones de dólares

Los juicios que las autoridades y los competidores de Microsoft le han planteado por sus supuestas prácticas monopolísticas han costado a la compañía de Bill Gates muchos dolores de cabeza en forma de abogados, visitas al juzgado, problemas de imagen y trabajadores distraídos o deprimidos. Le ha costado, además, 5.655 millones de dólares, unos 4.770 millones de euros, que es lo que ha pagado a quienes se le enfrentaron para que retiraran sus denuncias. A esta cantidad hay que añadir los más de 2.000 millones que la compañía ha pagado a consumidores de todo Estados Unidos por las llamadas class actions o demandas colectivas.

La revista Directions on Microsoft (que publica información y análisis sobre las actividades de la compañía desde hace 13 años) resume en su número de noviembre los pactos a los que ha llegado Microsoft desde junio de 2003 y el precio que le ha costado cada uno de ellos. En algunos casos, el pago fue directo; en otros se realizó mediante el intercambio de tecnologías y patentes. El último acuerdo fue el que cerró con RealNetworks, el fabricante de RealPlayer, por el que esta compañía retiró todas sus demandas contra Microsoft (incluida la que había interpuesto en la UE y que es la base del caso que se está llevando actualmente) por 761 millones de dólares (641 millones de euros).

El pacto más oneroso fue el que Microsoft firmó con su archienemigo Sun Microsystems, al que pagó 1.924 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros) en abril de 2004 para que retirara todas sus demandas por prácticas monopolísticas y violación de patentes.

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